El mito del Rey Arturo parece ser una criatura difícil de alcanzar para que el Hollywood contemporáneo lo capture bien. Hasta la fecha, creo que la única representación decente de la historia sigue siendo la película de Disney de 1963. La espada y la piedra. Estoy un poco desconcertado en cuanto a por qué esto es. Quizás las visiones seculares de Hollywood sobre la sociedad hacen que cualquier representación de un mundo medieval impregnado de religión sea un poco engañosa. Aún así, las leyendas artúricas representan una Europa en transición, con el cristianismo fronterizo entremezclándose con las ideas y costumbres paganas nativas. Seguramente hay suficientes elementos de fantasía para trabajar en el post-señor de los Anillos edad del cine
No hay una vista del cristianismo en Rey Arturo: La Leyenda de la Espada, el último esfuerzo por llevar al héroe clásico a la gran pantalla. Quizás eso sea lo mejor. 2004 Rey Arturo, el protagonizado por Clive Owen que se jactaba de su “historicidad” en su campaña de marketing, convirtió el cristianismo en una imposición imperialista romana físicamente tortuosa sobre los británicos paganos nativos y en sintonía con la naturaleza. La nueva versión podría haber ido muy fácilmente a un lugar similar, tal vez con un clérigo siniestro diciéndoles a los campesinos miserables y empapados de pobreza que aceptaran su suerte como la voluntad de Dios mientras luego se engordaba con la nobleza corrupta. Tomaré ignorar el cristianismo por completo por este tipo de cliché. Si no puedes decir algo agradable, no digas nada.
La versión de 2017, protagonizada por Charlie Hunnam en el papel titular, abraza por completo su post-señor de los Anilloscorreo-300 vernáculo cinematográfico y comienza con monstruosas bestias de guerra parecidas a elefantes que asedian una ciudad con bolas de fuego mágicas. Esto es seguido rápidamente por Uther Pendragon, interpretado por Eric Bana, montando su caballo por el lado de un acantilado, lanzándose sobre la espalda de la bestia mientras su caballo cae en picado hacia su muerte (has visto esta maniobra una docena de veces en películas de acción —simplemente cambia el caballo por una motocicleta). Sí, los Pendragon ciertamente han entrado en la nueva era del cine.
La premisa de esta película se basa en el telón de fondo de algún tipo de conflicto entre personas y magos. Vortigern, interpretado por Jude Law, se transforma en el tío traicionero de Arthur quien, en uno de los pocos adornos interesantes de la película, se involucra en una búsqueda al estilo de Herodes del futuro rey ordenado por la profecía sacando a relucir a todos los muchachos del reino por fuerza y uno por uno dándoles la oportunidad de sacar la espada de la piedra, con cualquier éxito significando una ejecución rápida.
Arthur, de Charlie Hunnam, interpreta la afición del director Guy Ritchie por los traviesos matones londinenses. Aquí, se imagina al rey legendario criado por prostitutas en las calles después de que, cuando era niño, fuera rescatado de un viaje al estilo de Moisés por un río. Viste un anacrónico abrigo de piel parecido a un proxeneta y tiene bromas bromistas y bromistas con los agentes del orden. Mientras escribo esto, suena peor de lo que tal vez es. Pero soy un fanático de todas esas comedias de gángsters de Ritchie y podría estar más dispuesto a comprar los cortes de Ritchie y los latigazos de la cámara colocados asincrónicamente en un entorno medieval.
Podría, creo, casi funcionar. Casi. ¿Arthur y sus Caballeros con adrenalina grindhouse, disfrazados de bastardos sin gloria medievales? Las leyendas artúricas reales, se podría argumentar, eran el tipo de ficción pulp de esa época. El problema es cómo la historia de esta película simplemente se disipa en la insipidez a medida que la acción avanza como un videojuego que no estás jugando. Está claro que el director de la película no está particularmente interesado en filmar batallas largas y épicas, elementos básicos de este género, ya que con frecuencia se basa en montajes rápidos y ágiles (más su obra) para atravesarlos frenéticamente.
Al igual que con la película anterior de Ritchie El hombre de UNCLE, el cineasta se sumó a un proyecto con una producción algo asediada. Fue acosado en todas las formas habituales en que las grandes películas enfrentan desafíos de desarrollo, pero con la adición del atolladero actual de la era del universo cinematográfico de Disney / Marvel. Esta película iba a ser una nueva franquicia de Warner Bros. La narración confusa me hace pensar que, al igual que con todas estas grandes franquicias de los últimos tiempos, hay demasiados cocineros en la cocina y no dejan sus guiones en el horno para que se horneen el tiempo suficiente. Con Rey Arturo: La Leyenda de la Espada ahora de lleno en el territorio del fracaso financiero, no parece que vayamos a ver un universo cinematográfico de Arthur en el corto plazo. Puede que sea hora de que estas películas de franquicia obtengan lo que tiene la televisión: una sala de escritores.
