La influencia de la tecnología y el poder de las redes sociales en la vida de las personas se convirtió en entre los grandes debates a principios del siglo XX y consolidación en el siglo XXI. Dos informes sobre el tema publicados en 2020 consolidan a Brasil en el tercer rincón.
La asesora Aplicación Annie confirma que los brasileiros pasan un promedio de 3 horas y 45 minutos por día consultando comunidades en apps, conocidas como apps móviles inteligentes. El primer rincón lo ocupa Indonesia, con 4 horas y 40 minutos, seguido de China, con un promedio de 4 horas. En Brasil, la descarga anual de apps creció un 45% en los últimos tres años.La encuesta Global Digital Overview 2020, realizada por el sitio web We Are Popular en asociación con Hootsuite, informa que Brasil registra un promedio diario de 3 horas y 31 minutos de actividad en redes sociales, solo tras Filipinas (3h53) y Colombia (3h45). Ambos países están sobre el promedio mundial de 2 horas y 24 minutos de uso por día.A su vez, el número de internautas en Brasil en 2019 llegó a 134 millones, es decir, el 74% de la población mayor de 10 años, con El 71% de los hogares tienen acceso a Internet, según la Encuesta de Hogares TIC del Comité de Administración de Internet (CGI.br).
Pero, ¿qué representan estos números? Con una gran parte de la población conectada a las redes sociales, número que se ha acentuado durante la pandemia, desde la adaptación al trabajo home office hasta la necesidad de la cuarentena, el universo virtual presenta una solución poco a poco más instantánea en menoscabo de la vida popular y humana. relaciones correctas. El día de hoy todo se soluciona a través de apps. Transacciones bancarias, pedidos de comida, compras en supermercados, entradas para espectáculos… El contacto humano ya no es necesario, en tanto que muchas compañías aceptan su preferencia por invertir en el segmento de las comunidades para convencer a los individuos de sus artículos y adquirirlos sin pisar un tienda fisica.
Y en esta lógica de lucro y búsqueda del consumo desenfrenado, las personas se vuelven atacables a los contenidos que muestran las redes sociales, que van desde avisos incesantes hasta mensajes que llegan al interlocutor, quien se pregunta: “¿de qué manera saben de mis preferencias?”.
Reportaje de BBC News Brasil, con presentación y guion de Ricardo Senra, cUtiliza el reportaje “Dilemma das Redes”, exhibido por Netflix, como instrumento de estudio para una percepción de esa situación que acerca a las personas a las redes sociales, desde los likes y visualizaciones de las páginas presentadas al usuario. Cuanta más exposición, más ventas para los anunciantes y dueños de redes sociales.
El propio formato de los medios y la utilización de algoritmos en redes como Facebook, Instagram y Twitter provoca que permanezcas el mayor tiempo posible en estas redes, a través de las alertas y la barra de desplazamiento infinito como estrategia de éxito.
Como resultado, el desempeño en el trabajo disminuye, faltas a citas, tienes noches de insomnio, frecuentemente el estudio queda en un segundo plano… De ahí el riesgo de anomalías de la salud que afectan a pequeños, adolescentes y adultos, como la depresión y el síndrome de pánico, a no llevarlo a cabo. relata el suicidio, frecuentemente provocado por la falsa recompensa que las comunidades pueden prestar mediante encomios, estimulando la vanidad y algo placentero, mientras que la crítica puede llevarte al precipicio. En otras expresiones, puedes ir del cielo al infierno en segundos, minando tu autovaloración y encerrándote poco a poco más en un mundo solitario.Esto sucede por el hecho de que la mayoría de las personas no saben cómo lidiar con las contradicciones. De la misma los que viven en una burbuja, algo que es diferente a abrazar o estar de acuerdo con las ideas, lúcida dentro de sí el odio y la ira que se difunde aun contra la familia y los amigos, así sea en el campo de la política, en el fútbol y hasta en el espiritual. medio.
Un guion propicio para opinar todo cuanto las redes sociales propagan como verdad absoluta. Bastante gente, al calor de la emoción y al instante, acaban reproduciendo novedades o distribuyendo el material, sin siquiera verificar la vericidad del contenido, el origen de la fuente o incluso leer la novedad o ver un video hasta el desenlace. Esta es una gran trampa para cualquier persona que quiera actuar para viralizar un hecho, desde un titular atrayente o una convocatoria controvertida que produzca debate y aumente el tiempo de permanencia de los clientes en la red.
La imposición de la verdad absoluta se convirtió en una cierta adicción que intensifica la competencia entre las personas. Como resultado, las noticias falsas ‘noticias falsas’ se propaga más rápido que los hechos reales, sin contrastar la fuente ni efectuar más investigaciones.
Pero, ¿cuáles serían los consejos para no ser rehenes de las comunidades y fomentar un empleo saludable conjuntado con una vida social normal?
Una de las primeras actitudes es organizar tu tiempo diario. Tiempo para trabajar, estudiar, comer, rezar, leer, llevar a cabo ejercicio, para perfeccionarse, descansar y también para entrar a las redes sociales, trate de efectuar su investigación en la red. Al recibir materiales, no los comparta sin conocer por lo menos su origen y certeza Otorgue el derecho a una opinión contradictoria, esto es, busque personas y páginas que no estén en su lista de acuerdo para reforzar en el conocimiento y hacer una mayor base de tu criterio sobre otros temas Antes de proceder a reposar y a lo largo de las comidas, impide emplear el celular. Manténgalo alejado del cuerpo. Es bueno para la salud y para la mente.Toda esta reflexión encaja perfectamente en nuestra vida pastoral dentro de la iglesia y la sociedad. Estos son puntos que debemos meditar en nuestro trabajo como cristianos. Jamás reemplaces las relaciones humanas con el cosmos virtual. Privilegiar la colectividad en menoscabo de la individualidad. Debemos ser espejos de buenas acciones, no difusores de novedades falsas.
Vea aquí el reportaje de BBC News Brasil, con presentación y guión de Ricardo Senra: