El Papa reza por profesores y alumnos en este momento
En la Misa de este viernes (24/04) en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, Francisco dirigió su pensamiento a las adversidades de instructores y alumnos con las escuelas cerradas en numerosos países a causa de la Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
NOTICIAS DEL VATICANO
Francisco encabezó la Misa en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, en la mañana de este viernes (24/04) de la II Semana de Pascua. En la introducción, dirigió sus pensamientos al planeta escolar golpeado por el nuevo coronavirus:
Oremos hoy por los maestros que tienen que trabajar duro para impartir clases a través de Internet y otros elementos de medios, y oremos por los alumnos que deben tomar exámenes de una forma a la que no están acostumbrados. Acompañémoslos a todos con la oración.
En la homilía, el Papa comentó la evangelio del dia (Jn 6,1-15) que relata la multiplicación de los panes y los peces. Jesús prueba a los apóstoles que no tienen idea cómo alimentar a la enorme multitud que los acompaña: los hace medrar. A Jesús – ha dicho Francisco – le encantaba estar en la mitad de la multitud. Los discípulos, no tanto: y los corrigió. Jesús procuró la proximidad con la gente y enseñó a los pastores a estar cerca de ellos. El pueblo de Dios se fatiga –resaltó– porque siempre pide a los pastores cosas concretas y el pastor debe proteger lo que solicita el pueblo. Jesús afirma a sus acólitos: “Dense de comer”. Y lo vuelve a decir el día de hoy a los pastores: dad, dad a la multitud. Entonces Jesús va a rezar al Padre. Esta doble proximidad del pastor: al Padre y al pueblo. Tras la multiplicación de los panes y los peces, la multitud quiere llevarse a Jesús para proclamarlo rey. Quizás –observó el Papa– algún apóstol se alegraría de aprovechar esta ocasión para adquirir poder: una tentación. Pero el poder del pastor -dijo Francisco- es el servicio y cuando se equivoca en ese punto, el pastor echa a perder su vocación y se convierte en gestor de las compañías pastorales, pero no en pastor. Oremos por los pastores – fue la oración final del Papa – para que el Señor nos enseñe a no tener miedo de estar cerca de su pueblo.
Ahora, el texto de la homilía transcrito por Vatican News:
Esta oración de este pasaje nos hace pensar: “Dijo esto para ponerlo a prueba, por el hecho de que él mismo sabía muy bien lo que iba a hacer”. Eso es lo que Jesús tenía en cabeza cuando ha dicho: “¿Dónde compraremos pan para que coman?” Pero lo dije para ponerte a prueba. Él sabía. Aquí podemos consultar la actitud de Jesús con los apóstoles. Los probaba de forma continua para enseñarles, y cuando estaban fuera de los límites y del papel que se suponía que debían desempeñar, los detenía y les enseñaba.
El Evangelio está repleto de estos gestos de Jesús para hacer crecer a sus apóstoles hasta transformarse en pastores del pueblo de Dios, en un caso así obispos, pastores del pueblo de Dios. Y algo que mucho más amaba Jesús era estar con la multitud porque eso también es símbolo de la universalidad de la redención. Y algo que menos agradaba a los apóstoles era la multitud por el hecho de que les gustaba estar cerca del Señor, escuchar al Señor, escuchar todo lo que afirmaba el Señor. En esta ocasión fueron allí a pasar un día de descanso – dicen las otras versiones en los otros Evangelios, pues los cuatro hablan de eso… quizás 2 multiplicaciones de los panes – y venían de una misión y el Señor dijo: “Vamos reposar un rato”. Y fueron para allá y la multitud se dio cuenta a dónde iban por el mar, brindaron la vuelta y allí los estaban aguardando. Y los acólitos no estaban contentos porque la gente había deteriorado ese “día de celebración”, no podían tener esta fiesta con el Señor. No obstante (esto), Jesús empezó a educar, escucharon, luego hablaron entre ellos y pasaron horas, horas, horas, Jesús charló y la gente se encontraba feliz. Y afirmaron: “Nuestra celebración se echó a perder, nuestro reposo asimismo”.
Pero el Señor buscó la proximidad con el pueblo y buscó conformar el corazón de los pastores en la cercanía con el pueblo de Dios para servirlo. Y ellos, se entiende, fueron seleccionados y se sintieron en cierto modo un círculo favorecido, una clase privilegiada, “una aristocracia”, por de esta manera decir, cerca del Señor, y el Señor hacía de manera frecuente movimientos para evaluarlos. Por poner un ejemplo, pensemos con los niños. Ellos resguardaron al Señor: “No, no, no, no se aproximen a los pequeños, que incordian, incordian… No, los pequeños (se quedan) con sus padres. ¿Qué hay de Jesús? “Dejad que los pequeños vengan a mí”. Y ellos no entendieron. Lo comprendieron después. Luego pienso en el sendero a Jericó, aquel que gritaba: “Jesús, hijo de David, ten piedad de mí”. Y ellos: “silencio, el Señor pasa, no lo molestéis”. Y Jesús dice: “¿Pero quién es ese? Haz que venga a mí”. Otra vez el Señor. Y así les enseñó esa cercanía al pueblo de Dios.
Es verdad que el pueblo de Dios fatiga al pastor, cansa: en el momento en que tienes un óptimo pastor las cosas se multiplican, porque la multitud siempre y en todo momento va al buen pastor por una u otra razón. Una vez un gran párroco en un barrio sencillo, humilde de la diócesis… tenía la vivienda parroquial como una casa habitual y la multitud golpeaba la puerta o golpeaba la ventana, en todo momento… y una vez me ha dicho: “Yo Quisiera tapiar la puerta y la ventana para dejarme descansar. Pero se percató de que era pastor y se suponía que debía estar con la gente. Y Jesús forma, enseña a los discípulos, a los apóstoles esta actitud pastoral que es proximidad al pueblo de Dios.
Y el pueblo de Dios se fatiga, pues siempre y en todo momento nos solicitan cosas concretas, siempre y en todo momento le solicitan algo concreto, quizás mal, pero piden cosas puntuales. Y el pastor debe ocuparse de estas cosas. La versión de los otros evangelistas en el momento en que le muestran a Jesús que pasaban las horas y la gente se tenía que ir porque ya empezaba a oscurecer y le dicen: “he echado a la gente para que vayan a obtener algo de comer”, exactamente en el momento de las tinieblas, cuando empezó la oscuridad… Pero, ¿qué tenían en cabeza? Cuando menos haz una pequeña celebración entre ellos. Ese egoísmo, no está mal, pero se entiende, estar con el pastor, estar con Jesús que es el enorme pastor, y Jesús responde, para colocarlos a prueba: “Dense de comer”. Y o sea lo que Jesús afirma hoy a todos y cada uno de los pastores: “Dadles de comer”. “¿Estás angustiado? ofrecerte consuelo? ¿Son enclenques? Ofrecerte una salida. ¿Están equivocados? Entregaos para solucionar los inconvenientes… Entregaos…” Y el pobre apóstol siente que debe dar, ofrecer, dar, pero ¿de quién recibe? Jesús nos enseña, de quien Jesús recibió.
Tras eso, despide a los apóstoles y va a rezar la oración al Padre. Esta doble cercanía con el pastor es lo que Jesús intenta llevar a cabo comprender a los apóstoles a fin de que lleguen a ser grandes pastores. Pero frecuentemente la multitud comete un error y luego comete un fallo.
Un pasaje de la homilía del Papa Francisco
“Al notar la señal que Jesús había hecho, aquellos hombres exclamaron: ‘Este es verdaderamente el Profeta, el que debe venir al mundo’. Pero cuando Jesús se percató de que intentaban llevárselo para proclamarlo rey, Jesús volvió a retirarse”. Quizá –el Evangelio no dice eso– ciertos apóstoles le habría dicho: “Pero Señor, aprovechémonos de esto y tomemos el poder”. Otra tentación. Y Jesús le enseña que ese no es el sendero.
El poder del pastor es el servicio, no hay otro poder y cuando se confunde de otro poder echa a perder la vocación y se vuelven, no sé, gestores de compañías pastorales, pero no pastores. La estructura no hace la pastoral: es el corazón del pastor el que hace la pastoral. Pidamos hoy al Señor por los pastores de la Iglesia a fin de que el Señor les hable siempre, porque los ama bastante: siempre y en todo momento nos charla, nos dice de qué manera van las cosas, nos enseña y, sobre todo, enseña. que no tengamos temor del pueblo de Dios, que no tengamos miedo de estar cerca.
El Santurrón Padre finalizó la celebración con la adoración y bendición eucarística, invitando a la gente a hacer la Comunión espiritual. La próxima es la oración recitada por el Papa:
Jesús mío, pienso que estás que se encuentra en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas y cada una de las cosas, y mi alma suspira por ti. Pero como en este momento no puedo recibirte en el Muy santo Sacramento, ven, al menos espiritualmente, a mi corazón. Te abrazo tal y como si ya estuvieras conmigo: me uno a ti enteramente. ¡Oh! ¡No permitas que me separe de Ti otra vez!
Antes de abandonar la Capilla dedicada al Espíritu Santurrón, el Antífona mariana “Regina caeli”, cantada en tiempo pascual:
Reina del cielo, regocíjate. ¡Aleluya!
Porque Aquel que merecías llevar en tu seno. ¡Aleluya!
Ha resucitado como dijo. ¡Aleluya!
Suplica por nosotros a Dios. ¡Aleluya!
D./ Alégrate y alégrate, oh Virgen María. ¡Aleluya!
C./ Pues verdaderamente el Señor ha resucitado. ¡Aleluya!
Esperamos que le gustara nuestro articulo El Papa reza por profesores y alumnos en este momento
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios