El Papa reza por los médicos y trabajadores de la salud que están
En la Misa de este viernes por la mañana, el Papa dirigió su oración a los profesionales y trabajadores de la salud que hacen todo lo posible para ayudar a los pacientes con coronavirus, en particular en Bérgamo, Treviglio, Brescia y Cremona. Asimismo oró por las autoridades. En la homilía, Francisco invitó a volver a descubrir a Dios como buen Padre y explicó cómo confesarse en ausencia de un sacerdote
Novedades del Vaticano
El Papa festejó una Misa en Casa Santa Marta en la mañana de este viernes 20, recordando la gran tarea que están realizando los médicos y trabajadores de la salud, especialmente en las ubicaciones mucho más golpeadas por la Covid-19.
Ayer recibí un mensaje de un sacerdote de Bergamasco pidiéndome que orara por los médicos de Bérgamo, Treviglio, Brescia, Cremona, que están trabajando al máximo de sus fuerzas; dan su propia vida para ayudar a los enfermos, para salvar la vida del resto. Y pidamos asimismo por las autoridades; no es sencillo para ellos conducir este momento, y frecuentemente sufren malentendidos. Médicos, personal hospitalario, voluntarios sanitarios o las autoridades, en este momento son pilares que nos asisten a proseguir adelante y nos defienden en esta crisis. Oremos por ellos.
Ore por los médicos y trabajadores de la salud
Comentando la primera lectura, tomada del Libro del profeta Oseas (Oseas 14, 2-10), Francisco nos exhorta a dirigirnos a Dios no tal y como si fuera un juez, sino como un Padre bueno, que siempre y en todo momento ama y disculpa. En este sentido, recordando lo que dice el Catecismo, enseña de qué forma es viable confesarse, en el momento en que la situación no deja encontrar un sacerdote.
Aquí está el artículo de la homilía en su totalidad, según nuestra transcripción:
Cuando leo o escucho este pasaje del profeta Oseas que escuchamos en la Primera Lectura [que diz]: ” Volta, Israel, para o Senhor, teu Deus”, quando a ouço, lembro-me de uma canção que há 75 anos Carlo Buti cantava e que nas famílias italianas em Buenos Aires as pessoas ouviam com grande prazer: “Volte para o tu padre. Todavía te cantará la canción de cuna”. Vuelve: pero es tu padre quien te afirma que regreses. Dios es tu padre; no es el juez, es tu padre: “Vete a casa, escucha, ven”.
Y este recuerdo – yo era un niño – me lleva en el instante al padre de Lucas capítulo 15, ese padre que dice: “Se encontraba todavía lejos cuando su padre lo vio”, ese hijo que se había ido con todo el dinero y lo desperdicié. Pero si lo ves de lejos, es pues lo estabas esperando. Subí a la terraza, ¡cuántas veces al día! – a lo largo de días y días, meses, años, quién sabe, esperando al niño. Verlo de lejos. Regresa con tu padre, regresa con tu padre. Él te espera. Es la ternura de Dios la que nos habla, en especial en Cuaresma. Es hora de ingresar en nosotros y rememorar al Padre, o regresar a él.
“No, papá, me da vergüenza volver porque… Sabes papá, hice muchas cosas, me equivoqué mucho…”. ¿Qué dice el Señor? “Vuelve, te curaré de tu infidelidad, te amaré intensamente, por el hecho de que mi furia se ha apartado. voy a ser como el rocío; Florecerás como un lirio y echarás raíces como un árbol en el Líbano”. Vuelve con tu padre que te está aguardando. El Dios de la ternura nos sanará; nos sanará de las muchas, muchas lesiones de la vida y de las varias cosas malas que hacemos. ¡Cada uno de ellos tiene lo suyo!
Pero piénsalo: volver a Dios es regresar al abrazo, al abrazo de un padre. Y piensa en esa otra promesa que hace Isaías: “Si nuestros errores fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos”. Él es con la capacidad de transformarnos, es capaz de cambiar nuestro corazón, pero necesitamos ofrecer el primer paso: regresar atrás. No es proceder a Dios, no: es regresar a casa.
Y la Cuaresma apunta siempre a esa conversión del corazón que, según la práctica cristiana, se específica en el sacramento de la Confesión. Es hora de – no sé si [para] “desquitarse”, no me gusta eso – dejar que Dios nos blanquee, que Dios nos purifique, que Dios nos abrace.
Sé que muchos de vosotros, en Semana Santa, os confesaréis para encontraros con Dios. Pero muchos me afirmarían hoy: “Pero Padre, ¿dónde puedo hallar un sacerdote, un confesor, por qué no tenemos la posibilidad de salir de la vivienda? Y deseo realizar las paces con el Señor, deseo que me abrace, que me abrace mi padre… ¿Cómo haré esto si no encuentro curas?”. Haz lo que afirma el Catecismo. Está clarísimo: si no hallas un sacerdote para confesarte, habla con Dios, Él es tu padre, y dile la realidad: “Señor, yo hice esto, esto, esto… Perdóname”, y pídele perdón en a toda costa, de corazón, con el Acto de Contrición y prometerle: “Me confesaré después, pero perdóname ahora”. E rápidamente volverás a la felicidad de Dios. Tú mismo puedes aproximarte – como nos enseña el Catecismo – al perdón de Dios, si no tienes a mano un sacerdote. Pero piensa: ¡es hora! Y este es el instante adecuado, el instante oportuno. Un Acto de Contrición bien hecho, y de esta forma nuestra alma va a quedar blanca como la nieve.
Sería bello que el día de hoy resonara en nuestros oídos esta oración: “Vuelve a tu padre, vuelve a tu padre”. Él te espera y festejará por ti.
También el día de hoy, Francisco cerró la celebración con Adoración Eucarística y Bendición, invitando a la multitud a llevar a cabo comunión espiritual:
A tus pies, oh Jesús mío, me postro y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito que se sumerge en el tuyo y en tu santa presencia. Os adoro en el Sacramento de tu amor, deseo recibiros en la pobre morada que mi corazón les proporciona. Esperando la dicha de la comunión sacramental, deseo poseeros en Espíritu. Ven a mí, oh Jesús mío, a fin de que yo logre ir a ti. Que tu amor inflame mi ser, para la vida y para la desaparición. Creo en ti, espero en ti. Te amo. Que de esta forma sea.
Esperamos que le gustara nuestro articulo El Papa reza por los médicos y trabajadores de la salud que están
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios