Vaticano, 16 de julio. 21/09:38 (ACI).- El Papa Francisco emitió este viernes un motu proprio restringiendo las Misas festejadas bajo la forma excepcional del Rito De roma, conocido como Rito Tridentino, en el que las oraciones se dicen en latín y que era la única forma del Rito De roma antes de la reforma del Concilio Vaticano II. El uso de la forma extraordinaria en este momento es dependiente de la autorización del obispo local para grupos que deseen la misa tradicional, solo puede suceder en iglesias en sitios determinados por él que no sean parroquias, y no se pueden autorizar nuevos conjuntos o parroquias personales.
El Papa hizo cambios radicales a la carta apostólica Summorum Pontificum de su predecesor Benedicto XVI de 2007, que reconocía el derecho de todos y cada uno de los curas a festejar la Misa utilizando el Misal De roma de 1962. Facultad concedida por mis predecesores”, afirma el Papa en la carta a los obispos en donde explica su resolución: “La utilización distorsionado que se ha hecho de esta facultad es opuesto a las intenciones que llevaron a entregar la independencia para celebrar la Misa con el Missale Romanum de 1962”.
Para Francisco, sus predecesores permitieron que se celebrara la Misa previo al Vaticano II para promover la unidad de la Iglesia. “Una oportunidad ofrecida por San Juan Pablo II y, con mayor magnanimidad, por Benedicto XVI, destinada a restaurar la unidad de un cuerpo eclesial con distintas sensibilidades rituales, ha sido aprovechada para agrandar brechas, remarcar divergencias y alentar discordias que hieren a la Iglesia , denegar su camino y exponerlo al peligro de división”, escribió. El Papa dice que la celebración de la forma excepcional del rito romano se convirtió en un rechazo del Concilio Vaticano II. Hay un “rechazo de la Iglesia y de sus instituciones representando a lo que lleva por nombre la ‘verdadera Iglesia'”, dice Francisco, para quien dudar del Concilio es “dudar del Espíritu Santurrón que guía a la Iglesia”.
De ahora en adelante, la utilización de la manera antigua de la liturgia puede ser autorizado por los obispos “para proveer al bien de aquellos que están arraigados en la forma previo de celebración y necesitan tiempo para volver al Rito Romano decretado por San Pablo VI y Juan Pablo II”, afirma el Papa.
En su producto primero, el motu proprio, llamado Traditionis custodes sobre el “uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970”, define los libros litúrgicos emitidos por Pablo VI y Juan Pablo II tras el Concilio Vaticano II como “la única expresión de el lex orandi del Rito Romano”. Lex orandi es una expresión latina que significa “Ley de orar”.
El segundo establece que es “rivalidad exclusiva” del obispo autorizar la utilización del Misal Romano de 1962 en su diócesis. El tercero establece las responsabilidades de los obispos cuyas diócesis ahora tienen uno o más grupos que ofrecen Misa con la liturgia latina clásico. El texto ordena a los obispos “asegurarse de que estos grupos no nieguen la validez del Vaticano II y el magisterio de los Sumos Pontífices”.
El obispo debe señalar uno o más lugares donde se puede utilizar la liturgia en forma excepcional, “pero no en las iglesias parroquiales y sin erigir novedosas parroquias personales”. El Papa asimismo ordena a los obispos locales que verifiquen que las parroquias ya establecidas para celebrar misas en el rito antiguo “sean efectivas para el desarrollo espiritual y determinen si deben o no mantenerse”. Queda prohibida la creación de nuevos grupos o la erección de novedosas parroquias personales.
El motu proprio dice que las Misas ofrecidas bajo el Misal De roma de 1962 deben emplear lecturas “proclamadas en lengua vernácula, empleando traducciones de la Sagrada Escritura aprobadas para empleo litúrgico por las respectivas conferencias episcopales”.
El texto también ordena la creación de un delegado diocesano elegido por el obispo para supervisar el precaución pastoral de estos grupos. “Este sacerdote debe tener en su corazón no sólo la adecuada celebración de la liturgia, sino más bien asimismo el precaución pastoral y espiritual de los leales”, afirma.
El producto cuarto del documento afirma que los sacerdotes organizados tras el 16 de julio de 2021, que deseen prestar la manera extraordinaria de la Misa, van a deber enseñar una solicitud formal al obispo diocesano, quien por su parte consultará a la Sede Apostólica antes de otorgar la autorización.
El quinto dice que los curas que ya proponen la Misa tradicional tienen que soliciar permiso a su obispo diocesano para “seguir gozando de esta capacitad”.
El producto sexto informa que, a partir del 16 de julio, “los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, instituidos por la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, son competencia de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica ”. .
“La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en las materias de su rivalidad, ejercen la autoridad de la Santa Sede, vigilando la observancia de estas disposiciones”, afirma el artículo 7.
El producto octavo y último del Motu Proprio afirma que “se derogan las reglas, normas, permisos y costumbres precedentes que no se ajusten a lo preparado en este Motu Proprio”.
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— ACI Digital (@acidigital) 4 de junio de 2021