El Papa: la Eucaristía no es el premio de los santos, sino el

El Papa: la Eucaristía no es el premio de los santos, sino el

El Papa: la Eucaristía no es la recompensa de los santos, sino el pan de los pecadores

Papa Francisco en el Ángelus de este domingo

“Es de esta manera, con sencillez, que Jesús nos da el mayor de los sacramentos. Es un humilde gesto de don, un gesto de compartir. En el apogeo de su vida, no distribuye pan abudantemente para dar de comer a la multitud, sino irrumpe en la cena pascual con los acólitos”, dijo Francisco en el Ángelus dominical.

Mariangela Jaguraba – Vatican News

El Papa Francisco dirigió la oración del Ángelus Mariano este domingo (06/06), Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en Italia y en otros países. En el Vaticano y en Brasil, el jueves 3 de junio se celebró el Corpus Christi. Escucha y comparte

El Evangelio de este domingo nos muestra el relato de la Última Cena. Las expresiones y las acciones del Señor tocan nuestro corazón: toma el pan en sus manos, dice la bendición, lo parte y lo entrega a los acólitos, diciendo: “Tomad, o sea mi cuerpo”.

La excelencia de Dios en un trozo de pan

Así es como, con facilidad, Jesús nos da el mayor de los sacramentos. Es un humilde gesto de don, un gesto de compartir. En la flor de su historia, no reparte pan en abundancia para alimentar a las multitudes, sino que penetra en la cena pascual con sus discípulos. Así, Jesús nos muestra que el fin de la vida es darse, que lo más grande es servir. Y hoy podemos encontrar la grandeza de Dios en un trozo de Pan, en una fragilidad que desborda de amor, desborda de comunicar. Fragilidad es exactamente la palabra que me agradaría subrayar. Jesús se vuelve frágil como el pan que se parte y se desmenuza. Pero ahí es donde radica su fuerza, en su fragilidad. En la Eucaristía, la fragilidad es fuerza: la fuerza del amor que se hace pequeño para ser acogido y no temido; fuerza de amor que rompe y divide para alimentar y ofrecer vida; fuerza de amor que se fragmenta para unirnos en la unidad.

Según el Papa, “hay otra fuerza que se destaca en la fragilidad de la Eucaristía: la fuerza de amar a los que yerran. Es en la noche en que es entregado que Jesús nos ofrece el Pan de Vida”.

Nos hace el obsequio más grande mientras que siente en su corazón el abismo mucho más profundo: el discípulo que come con él, que humedece el mordisco en el mismo plato, lo está traicionando. Y la traición es el mayor dolor para quien amas. ¿Y qué hace Jesús? Responde al mal con un bien mayor. Responde al “no” de Judas con el “sí” de la clemencia. No castiga al pecador, sino que da su historia por él, paga por él. En el momento en que recibimos la Eucaristía, Jesús hace lo mismo con nosotros: nos conoce, sabe que somos pecadores y sabe que hemos cometido varios errores, pero no renuncia a unir su historia con la nuestra. Él sabe que lo necesitamos, por el hecho de que la Eucaristía no es el premio de los santurrones, sino el Pan de los pecadores. De ahí que nos exhorta: No tengáis temor. “Toma y come”.LEER TAMBIÉN06/06/2021

Jesús nos sana con la Eucaristía

Francisco dijo que “cada vez que nos llega el Pan de Vida, Jesús viene a ofrecer un nuevo significado a nuestras debilidades. Él nos recuerda que a sus ojos somos más preciosos de lo que pensamos. Nos dice que es feliz si compartimos con él nuestras debilidades. Nos repite que su misericordia no tiene miedo de nuestras miserias. La clemencia de Jesús no tiene temor de nuestras miserias”. Y agregó:

Y más que nada, nos sana con amor de aquellas debilidades que no podemos sanar por nosotros. ¿Qué fragilidad? ¡Pensemos! Que de sentir rencor por los que nos hieren, no tenemos la posibilidad de curarnos solos de esto; de distanciarnos del resto y aislarnos; Tampoco tenemos la posibilidad de curarnos solos de esto; que de estar tristes, llorando y lamentándonos sin encontrar la paz, no tenemos la posibilidad de curarnos solos de esto. Es él quien nos sana con su presencia, con su pan, con la Eucaristía.

La Eucaristía es un antídoto contra la clausura

“La Eucaristía es un antídoto eficiente contra estos cierres. El Pan de Vida cura realmente la rigidez y la transforma en docilidad. La Eucaristía cura por el hecho de que nos une a Jesús: nos hace asimilar su forma de vida, su capacidad de romperse y entregarse a sus hermanos y hermanas, de responder al mal con el bien. Nos ofrece el valor de salir de nosotros mismos y de inclinarnos con amor hacia la fragilidad de los demás. Como Dios hace con nosotros. Esta es la lógica de la Eucaristía: recibimos a Jesús que nos ama y cura nuestras debilidades para querer a los demás y asistirlos en sus debilidades”, dijo el Papa.

Según Francisco, esto se hace a lo largo de toda la vida. El Pontífice recordó un himno recitado en la Liturgia de las Horas de este domingo. “Cuatro versículos que resumen toda la vida de Jesús. Nos dicen que en el momento en que Jesús nació, se transformó en un compañero de viaje en la vida. Entonces, en la cena, se donó a sí mismo como alimento. Luego, en la cruz, con su muerte, se hizo un precio: pagó por nosotros. Y ahora, reinar en los cielos es nuestro premio, el que procuramos. Que la Muy santa Virgen, en quien Dios se realizó carne, nos ayude a acoger con corazón complacido el don de la Eucaristía ya realizar también don de nuestra vida. Que la Eucaristía nos haga un don para todos”, concluyó.

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Esperamos que le gustara nuestro articulo El Papa: la Eucaristía no es el premio de los santos, sino el
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios