RELIGION CRISTIANA

El Papa invita a los sacerdotes a mirar a San José: un padre que

Vaticano, 18 de marzo. 21/02:42 pm (ACI).- El Papa Francisco recibió en audiencia este jueves 18 de marzo en el Vaticano a alumnos del Pontificio Colegio Belga, e invitó a curas y seminaristas a ver a San José, padre que acoge, protege , amores y sueños.

En la víspera de la solemnidad de san José, y en el año especialmente dedicado a él, el Pontífice ha amado realizar una breve reflexión sobre el Custodio de Jesús y su “forma de ejercer la paternidad hacia los que nos son confiados”.

Un padre que acoge

San José “es un padre agradable”, empezó el Santurrón Padre. De hecho, «tras vencer toda rebeldía y de ignorar sus proyectos personales, si bien legítimos, amó y acogió a María y a Jesús, esposa y también hijo muy diferentes de la visión de vida familiar que él hubiese podido querer, pero por eso todavía mucho más cuidada y amada por él.”

De ahí que, resaltó Francisco, “José no procuró explicaciones a la asombroso y enigmática situación a la que se encaraba, sino que la acogió con fe, amándola como era”.

El Papa definió a San José como un “profesor de vida espiritual y de discernimiento”. Invitó a “invocarlo a fin de que nos libere de las ataduras de tantas reflexiones en las que en ocasiones acabamos perdiéndose, aun con la mejor de las pretenciones”.

En concreto, sugirió a los párrocos que llegan a una nueva parroquia que “amen primero a la comunidad, de forma gratuita, por el hecho de haber sido mandados a ella; y poco a poco, amándola, la conoceréis profundamente y podréis ponerla por nuevos caminos”.

Un padre que resguarda

El Papa Francisco explicó que “ser custodio es una sección esencial de tu vocación y misión. Es una tarea que José vivió con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia incesante y una fidelidad total, aun cuando no comprendía; lo vivió con constante atención a Dios, abierto a sus signos, disponible para su proyecto, y no tanto para el suyo propio”.

De ahí que, «realizó esta labor con la independencia interior de un servidor bueno y leal que solo quiere el bien de los que le son confiados».

Para San José, “como a todo sacerdote que se basa en él la propia paternidad”, “custodia significa amar tiernamente a los que nos son confiados, pensando frente todo en su bien y en su felicidad, con discreción y generosidad perseverante”.

Proteger “es una actitud interior que lleva a no perder nunca de vista a los demás, evaluando cada vez cuándo retirarse y cuándo acercarse, pero sosteniendo siempre el corazón vigilante, atento y orante”.

Proteger es “la actitud del pastor”, resaltó el Papa, un pastor “que jamás abandona a su rebaño, sino que, en frente de él, toma una posición diferente según las pretensiones concretas del momento: adelante para abrir sendero, en el medio para animar, detrás para agarrar el último”.

“El sacerdote, en su relación con la comunidad que le ha sido encomendada, está llamado a ser un custodio atento y dispuesto a cambiar según las necesidades de la situación”. El Papa continuó: “Cuando un pastor ama y conoce a su rebaño, sabe hacerse servidor de todos”.

Un padre que sueña

San José “es un padre que sueña”, no “un soñador en el sentido de alguien con la cabeza en las nubes, desconectado de la verdad”, aclara el Papa. A la inversa, es “un hombre que sabe ver alén de lo que ve: con ojo profético, capaz de admitir el plan de Dios donde los demás no ven nada, y de esta forma tener una misión clara por la que luchar”.

De este modo, «protegiendo la fragilidad del Niño y de su Madre, José miró más allá de sus deberes de padre de familia y, prefiriendo creer en Dios más que en sus propias dudas, se ofreció a Él como instrumento para hacer un proyecto mayor, en un servicio prestado de forma apartada, espléndida y también incansable, hasta el discreto final de su propia vida”.

Así, asimismo para los sacerdotes “es requisito saber soñar con la amada red social, no limitándose a estimar preservar lo que existe, sino preparándose, al revés, a partir de la historia específica de la gente para promover la conversión y renovación en el sentido misionero, y llevar a cabo medrar una comunidad en movimiento, formada por discípulos guiados por el Espíritu y ‘movidos’ por el cariño de Dios”.

Finalmente, el Papa invitó a los sacerdotes a aprovechar el año dedicado a san José para “redescubrir de forma particular en la oración la figura y la misión de san José, dócil a la voluntad de Dios, humilde creador de enormes proyectos, servidor obediente y creador”. “. .

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