Vaticano, 04 de agosto. 21/10:10 am (ACI).- El Papa Francisco reanudó sus Audiencias En general el 4 de agosto, luego de la pausa estival de julio, en el Aula Pablo VI del Vaticano. Tras leer el pasaje de la carta de San Pablo a los Gálatas (Gal 1, 6-8), el Papa continuó la serie de catequesis sobre este escrito de la Biblia.
“En el momento en que se trata del Evangelio y de la misión de evangelizar, Pablo es entusiasta, se deja llevar. Semeja no ver nada alén de esta misión que el Señor le ha encomendado. Todo en él está dedicado a este anuncio, y no tiene otro interés que el Evangelio”, dijo el Papa.
“Es el amor de Paul, el interés de Paul, el trabajo de Paul: anunciar. Llega a decir: ‘Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el Evangelio’ (1 Cor 1, 17). Pablo interpreta toda su historia como una llamada a evangelizar, a dar a conocer el mensaje de Cristo, a anunciar el Evangelio.
Francisco recordó que cuando San Pablo escribió a los cristianos en Roma, se presentó “simplemente de este modo: ‘Pablo, siervo de Jesucristo, apóstol por vocación, escogido para anunciar el evangelio de Dios’ (Rm 1, 1). Esta es tu vocación”.
“En resumen, su conciencia es que estaba ‘destinado’ a llevar el Evangelio a todos, y no puede llevar a cabo otra cosa que dedicarse con todas sus fuerzas a esta misión”, ha dicho.
El Papa mencionó que la tristeza, el desengaño y hasta la amarga ironía del apóstol hacia los gálatas, quienes, a sus ojos, están tomando un camino equivocado, que los va a llevar a un punto de no retorno: perdieron el sendero.
Más tarde, el Papa recordó que “el eje en torno al que da un giro todo es el Evangelio. Pablo no piensa en los cuatro Evangelios, como es espontáneo para nosotros. En efecto, cuando enviáis esta Carta, ninguno de los cuatro evangelios se encontraba escrito. Para él, el Evangelio es lo que predica, esto tiene por nombre kerygma, esto es el aviso. ¿Y qué aviso? De la desaparición y resurrección de Jesús como fuente de salvación”, dijo.
Francisco dijo que el Evangelio “se expresa con cuatro verbos: ‘Cristo murió por nuestros errores, según las Escrituras; fue enterrado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; aparecido a Cefas’ (1 Cor 15, 3-5). Este es el anuncio de Pablo, el aviso que nos da vida a todos nosotros”.
“Este Evangelio es el cumplimiento de las promesas y la salvación ofrecida a todos y cada uno de los hombres. Quien la recibe se reconcilia con Dios, es acogido como verdadero hijo y recibe en herencia la vida eterna”, destacó.
En este contexto, el Papa dijo que “el Apóstol no puede explicar por qué razón se les sucede admitir otro ‘evangelio’, quizás mucho más complejo, mucho más intelectual, no sé, otro ‘evangelio’. No obstante, debemos ver que estos cristianos aún no han descuidado el Evangelio anunciado por Pablo. El Apóstol sabe que todavía están a tiempo de no dar un paso en falso, pero les amonesta de manera fuerte, con mucha fuerza”.
De ahí que, Francisco habló de la relevancia de estar atentos a “un aviso que distorsiona el auténtico Evangelio por el hecho de que impide alcanzar la libertad -keyword- que adquiere la fe”.
“El Apóstol no puede arriesgarse a hacer compromisos en un lote tan definitivo. El Evangelio es uno y es el que él anunció; no puede haber otro. ¡Atención! Pablo no afirma que el verdadero Evangelio es suyo, porque fue él quien lo anunció, ¡no! No dice. Eso sería presunción, sería vanagloria. De hecho, asegura que “su” Evangelio, de la misma los demás Apóstoles proclamados en otros lugares, es el único auténtico, puesto que es el de Jesucristo”, explicó el Papa.
Más tarde, Francisco insistió en este punto y afirmó que el apóstol Pablo “no deja lugar a la negociación: es imposible negociar. Con la realidad del Evangelio no se puede negociar. O recibes el Evangelio como es, como fue comunicado, o recibes otra cosa. Pero el Evangelio no se puede negociar. No hay deber: la fe en Jesús no es una mercancía con la que comerciar: es salvación, es acercamiento, es redención. No es barato”, agregó.
El Papa explicó que San Pablo era “muy consciente de que su misión es de naturaleza divina, ¡le fue revelada por Cristo mismo! – y, de ahí que, le mueve un entusiasmo total por la novedad del Evangelio, que es una novedad extremista, no una novedad pasajera: no hay evangelios “de moda”, el Evangelio es siempre y en todo momento nuevo, es la novedad ”.
“En resumen, es precioso salir de este laberinto de buenas intenciones para comprender la verdad suprema que semeja ser la más congruente con la Persona y la predicación de Jesús y con su revelación del amor del Padre”, subrayó el Papa.
Por último, Francisco invitó, en su catequesis en italiano, a “saber discernir” pues “muchas veces hemos visto en la historia, y observamos también hoy, algún movimiento que predica el Evangelio a su manera, a veces con verdaderos carismas propios”. ; pero entonces exagera y disminuye todo el Evangelio a “movimiento”. Y este no es el Evangelio de Cristo: este es el Evangelio del fundador, de la creadora, y sí, esto puede asistir al comienzo, pero en el final no da fruto por el hecho de que no tiene raíces profundas. Por ende, la palabra clara y decisiva de Pablo fue beneficiosa para los gálatas y también es beneficiosa para nosotros. El Evangelio es el don de Cristo para nosotros, es Él quien lo revela. Esto es lo que nos ofrece la vida”, concluyó el Papa.
Por último, en su resumen de la catequesis para los peregrinos de habla hispana, Francisco mencionó que San Pablo, “viendo que la comunidad de Gálatas está en peligro de escuchar a los falsos reverendos y desviarse del sendero de la fe”, los invitó a “permanecer fieles al único Evangelio, que no es la observancia de la ley, sino la configuración con la Persona de Jesucristo, que nos libra de la desaparición y del pecado”.
Resumen de la catequesis en portugués:
“Continuando con la catequesis sobre la Carta de san Pablo a los Gálatas, hoy vemos de qué forma para el Apóstol comunicar el Evangelio era el único interés que le motivaba, tanto que llegó a decir: ¡Uy de mí si no evangelices”. De ahí que, se llena de gran tristeza cuando ve que la joven red social de los gálatas se deja engañar por predicadores que presentan otro evangelio. De hecho, es esencial tomar en consideración que cuando San Pablo habla del Evangelio no se refiere a un escrito. Para Pablo, comunicar el Evangelio significa comunicar la muerte y resurrección de Cristo como fuente de salvación. Por eso no puede dejar sitio a la tergiversación del mensaje: la fe en Cristo no se negocia. Sabe, sin embargo, que los fieles de Galacia estaban movidos por buenos sentimientos. Llenos de entusiasmo, acogieron la iniciativa de que era preciso observar la Ley de Moisés para salvarse. El Apóstol participa de forma fuerte y severidad, defendiendo la única verdad del Evangelio que había recibido por revelación directa de Cristo. De este modo, el mensaje de salvación pudo llegar a los gálatas y a nosotros en su totalidad”.
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