Bratislava, 14 de septiembre. 21/04:00 pm (ACI).- El Papa Francisco ha dicho a unos 25.000 jóvenes que procuren la confesión, el “sacramento de la alegría”, y recuerden el perdón que han recibido de Dios para atesorar la paz y la independencia en sus corazones, en un reunión en el estadio “Lokomotiva” en Košice, Eslovaquia, el 14 de septiembre.
En el papamóvil, Francisco recorrió el estadio para saludar y bendecir a jóvenes de Eslovaquia y países vecinos como Polonia y Hungría.
En el acercamiento, el Papa recordó a la beata Anna Kolesárová, una muchacha eslovaca que defendió su castidad y fue asesinada por un soldado soviético durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras el saludo del arzobispo de Košice al Papa y tres testimonios distintas, dos jóvenes y una familia joven, Francisco pronunció su alegato en el que improvisó en varias ocasiones. Mientras que charlaba, el Papa fue interrumpido varias ocasiones por aplausos.
En su discurso, el Papa mencionó que en el momento en que alguien ha caído “hay un remedio infalible para levantarse”, que es el sacramento de la Confesión. Francisco preguntó: “¿Son los pecados realmente el centro de la Confesión? ¿Desea Dios que te acerques a Él pensando en ti, en tus pecados o en Él? Lo que Dios quiere: ¡En Él! ¿Cuál es el centro: los pecados o el Padre que excusa todos los pecados?”.
La contestación del Papa fue que “no nos marchamos a confesar como castigados que deben humillarse, sino como hijos que corren a recibir el abrazo del Padre. Y el Padre nos levanta en cualquier situación, nos disculpa todos los errores. Escucha con atención esto: ¡Dios siempre y en todo momento disculpa! ¿Lo entiendes? ¡Dios siempre y en todo momento perdona!”
Más tarde, Francisco aconsejó que “después de cada Confesión, dedica unos instantes a rememorar el perdón que has recibido. Conservad esa paz en tu corazón, esa libertad que sentís dentro de nosotros mismos: no los pecados, que no existen, sino más bien el perdón que Dios os dió. Este, guárdalo; no dejes que te lo hurten”.
“Y la próxima vez que te confieses, recuerda esto: voy a recibir de nuevo ese abrazo que me logró tanto bien. Yo no voy a un juez a ajustar cuentas; Voy a Jesús que me ama y me sana”, añadió.
El Papa asimismo sugirió a los sacerdotes “que se sientan en el lugar de Dios Padre, que siempre y en todo momento perdona, abraza y recibe. Le damos a Dios el primer lugar en la Confesión. Si él es el personaje principal, todo se regresa precioso y la confesión se convierte en sacramento de la alegría”.
“Sí, de alegría: no de miedo y juicio, sino de alegría. Y es esencial que los curas sean misericordiosos. Jamás curiosos, nunca inquisitivos, por favor, sino hermanos que dan el perdón del Padre, sean hermanos que acompañen en este abrazo del Padre.
Francis mencionó que si alguien se siente avergonzado de confesarse, “no es un problema; Esto es una cosa buena. Si te avergüenzas, significa que no aceptas lo que has hecho. La vergüenza es una buena señal, pero como toda señal te invita a ir mucho más allá. No seas preso de la vergüenza, pues Dios nunca se avergüenza de ti. Ámate a ti hasta el punto en que te abochornes de ti. Y quererte siempre y en todo momento”.
amor de telenovela
El Papa Francisco abordó el tema del amor en la pareja afirmando que “el amor es el mayor sueño de la vida, pero cuesta. Es bello, pero no es sencillo, como todas y cada una las grandes cosas de la vida. Es el sueño por excelencia, pero no es un sueño fácil de interpretar”.
“Amigos, no banalicemos el amor, porque el cariño no es sólo emoción y sentimiento; esto, en el mejor de los casos, será el comienzo. El cariño no es tenerlo todo al instante, no obedece a la lógica del usar y tirar. El amor es fidelidad, don, responsabilidad”, ha dicho el Papa. “Hoy la verdadera originalidad, la verdadera revolución es sublevarse contra la civilización de lo provisional, es ir alén del instinto y del instante, es querer con toda la vida y con todo el ser”.
“No estamos aquí para vivir, sino para realizar de la vida una gran empresa. Todos nosotros tendréis en mente grandes historias que habéis leído en novelas, visto en alguna película inolvidable, oído en algún cuento conmovedor”, dijo el Papa.
Francisco recordó el ejemplo de la santurrona Ana, a quien llamó la “heroína del amor” y que “nos dice que apuestemos a misiones altas. Por favor, no dejemos que los días de la vida pasen como episodios de una novela televisiva”.
El pontífice exhortó a los jóvenes a que “cuando sueñen con el cariño, no crean en los efectos especiales, sino todos ustedes sea especial. Cada uno de ellos es un obsequio, y puede hacer de la vida un regalo. Los demás, la sociedad, los pobres les esperan”.
“Sueña con una hermosura que vaya más allá de el aspecto, alén de las tendencias de la moda. Sin temor, sueña con conformar una familia, criar y educar a los hijos, pasar toda la vida distribuyendo todo con alguien mucho más, sin avergonzarte de las propias debilidades, pues hay quien te acoge y te desea, que te desea tal como eres. .”, añadió.
En este sentido, Francisco explicó que “los sueños que contamos nos dicen la vida que queremos. Los grandes sueños no son el vehículo grande, el vestido moderno o las vacaciones distinguidos. No hagáis caso a los que os hablan de sueños y, en cambio, os venden ilusiones: manipulan la alegría”.
“Fuimos creados para una alegría mayor: cada uno de nosotros es único y está en el planeta para sentirse amado en su singularidad y para querer a los demás como absolutamente nadie puede llevarlo a cabo en su rincón”, ha dicho el Papa.
“No se vive sentado en el banquillo, esperando a que sustituya a otro. ¡No! Cada uno de ellos es único a los ojos de Dios”, agregó.
Francisco sugirió a los jóvenes que “no se dejen “homogeneizar”: no estamos hechos en serie, somos únicos y libres, y nos encontramos en el planeta para vivir una historia de amor con Dios, para atrevernos a tomar grandes decisiones”. , aventurarse en el peligro maravilloso de querer”.
Finalmente, animó a los jóvenes a no dejarse vencer por el pesimismo y les solicitó que no se dejen condicionar “con lo que está mal, por el mal que se prolonga. No te dejes atrapar por la tristeza o el desánimo resignado de quien dice que nada cambiará nunca. Si damos crédito a esto, enfermamos de pesimismo. Envejecer por dentro. Envejeces joven.
“El día de hoy hay tantas fuerzas desintegradoras, tantos que culpan a todo ya todos, amplificadores de la negatividad, profesionales de los lamentos. No les hagáis caso, porque el lamento y el pesimismo no son cristianos; el Señor detesta la tristeza y la victimización. No nos encontramos hechos para fijar la cara en la tierra, sino más bien para levantar la mirada al cielo, a los demás, a la sociedad”, ha dicho el Papa.
De ahí que, Francisco invitó a las personas a “dejarse abrazar por Jesús, pues cuando abrazamos a Jesús, volvemos a abrazar la promesa. La cruz no puede ser abrazada por sí sola; el padecimiento no salva a absolutamente nadie. Es el cariño que convierte el sufrimiento. Por consiguiente, es con Jesús con quien se abraza la cruz; ¡jamás solo! Si abrazas a Jesús, renace la alegría. Y la alegría de Jesús, en el sufrimiento, se transforma en paz. Queridos jóvenes, esta alegría les deseo mucho más intensamente que cualquier otra cosa”.
En el final, el Papa Francisco rezó el Padre Nuestro. Posteriormente, saludó a ciertos jóvenes mientras el coro y la orquesta tocaban la música, y se aproximó a saludar particularmente al cardenal eslovaco Jozef Tomko, de 97 años.
Verifique asimismo:
Alegato del Papa Francisco a los jóvenes de Eslovaquia
— ACI Digital (@acidigital) 14 de septiembre de 2021