El Papa ensalza el espíritu de equipo de los futbolistas del Villarreal

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El Papa ensalza el espíritu de equipo de los futbolistas del Villarreal

La gratitud es uno de los rasgos de un buen atleta, dijo el Papa Francisco a los miembros del club de fútbol Villarreal que visitaron el Vaticano el jueves antes de su choque con la AS Roma en su partido de vuelta del campeonato de la Liga Europa.

“Debes recordar a las muchas personas que te han ayudado y sin las cuales no estarías aquí”, dijo el Papa a los jugadores, directivos y cuerpo técnico del club.

Entre ellos, dijo, aquellos con los que jugabas de niño, tus primeros compañeros, entrenadores, asistentes, y también tu afición que te anima en cada partido con su presencia.

El Pontífice amante del fútbol dijo que esos recuerdos son importantes y ayudan a no sentirse superior, sino a ser siempre consciente de que uno es solo parte de un gran equipo que data de mucho tiempo atrás.

“Sentirnos así nos ayuda a crecer como personas, porque nuestro ‘juego’ no es sólo nuestro, sino también el de los demás, que de alguna manera forman parte de nuestra vida”, dijo.

Y esto también fortalece el espíritu del deporte amateur, y nunca debe perderse; hay que recuperarla todos los días, para que se pueda mantener esta frescura, con esta grandeza de alma, dijo.

El Papa Francisco concluyó su audiencia animando a los atletas a seguir jugando y a seguir dando lo mejor de sí mismos para que los demás puedan disfrutar de esos hermosos momentos.

Reconoció: “Me ayuda mucho pensar en el fútbol como a mí me gusta, y me ayuda. Pero cuando lo hago, suelo pensar en el portero. ¿Por qué? Porque tiene que coger la pelota por donde la pateen, y no sabe de dónde le va a salir. Y la vida es así. Tienes que tomar las cosas de donde vienen y cómo vienen”.

“Cuando me encuentro ante situaciones que no esperaba, que hay que resolver, que vienen de un lado cuando las esperaba de otro, pienso en el portero, y lo tengo presente. Gracias”.

Anteriormente en su discurso, el Papa Francisco dijo que “el fútbol, ​​como otros deportes, es una imagen de la vida y la sociedad”.

Al recibir en audiencia a las estrellas del deporte en el Salón Clementino del Palacio Apostólico, el Papa dijo a los jugadores: “En el campo, os necesitáis unos a otros. Cada jugador aporta su profesionalidad y habilidad en beneficio de un ideal común, que es jugar bien para ganar. Para lograr esta afinidad se necesita mucho entrenamiento; pero también es importante invertir tiempo y esfuerzo en fortalecer el espíritu de equipo, para crear esa conexión de movimientos: una simple mirada, un pequeño gesto o una expresión comunican tantas cosas en el campo.

“Esto es posible si se juega con espíritu de compañerismo, dejando de lado el individualismo o las aspiraciones personales. Si juegas por el bien del grupo, entonces es más fácil ganar. En cambio, cuando uno piensa en sí mismo y se olvida de los demás, en Argentina decimos que le gusta ‘comerse la pelota’ solo.

“En cambio, cuando juegas al fútbol estás al mismo tiempo educando y transmitiendo valores. Muchas personas, especialmente los jóvenes, te admiran y te observan. Quieren ser como tú. A través de tu profesionalidad estás comunicando una forma de ser a quienes te siguen, especialmente a las nuevas generaciones. Esto es una responsabilidad, y os debe motivar a dar lo mejor de vosotros mismos, para ejercer esos valores que en el fútbol deben ser palpables: el compañerismo, el compromiso personal, la belleza del juego, el espíritu de equipo”.

El Papa remarcó que una de las características del buen deportista es la gratitud. “Si pensamos en nuestra propia vida, podemos traer a la memoria a las muchas personas que nos han ayudado y sin las cuales no estaríamos aquí. Podemos recordar a aquellos con los que jugábamos de niños, a nuestros primeros compañeros, entrenadores, ayudantes e incluso a los aficionados cuya presencia nos animaba en cada partido. Este recuerdo nos hace bien, para que no nos sintamos superiores sino que tomemos conciencia de ser parte de un gran equipo que se viene formando desde hace tiempo”.

Francisco concluyó animando a los presentes a “seguir jugando, dando lo mejor de vosotros mismos para que los demás puedan disfrutar de estos momentos agradables, que hacen diferente la jornada”.

Dijo: “Me uno a vosotros, rezo con vosotros y elevo mis oraciones a Dios, implorando la protección de Nuestra Señora de Gracia y la intercesión de San Pascual Baylón, patrón de la ciudad de Villarreal, para que podáis ser sostenidos en vuestras vidas y sed instrumentos para llevar el gozo y la paz de Dios a quienes os siguen y os sostienen”.