El Papa en la Audiencia General: rezar es lo más

El Papa en la Audiencia General: rezar es lo más

“Las emociones rezan, pero es imposible decir que la oración es solo emoción. La inteligencia ora, pero orar no es solo un acto intelectual. El cuerpo reza, pero se puede charlar con Dios incluso en la más grave incapacidad. Por eso, es todo humano quien reza, reza su “corazón”, afirmaba Francisco en su catequesis.

Mariangela Jaguraba – Localidad del Vaticano

En la catequesis de la Audiencia General de este miércoles (13/05), celebrada en la Biblioteca del Palacio Apostólico, gracias a la pandemia del coronavirus, el Papa Francisco continuó con el tema de la oración, iniciado la semana anterior.

“La oración es de todos: de los hombres de todas las religiones, y probablemente asimismo de los que no profesan ninguna”ha dicho Francisco, reiterando que “la oración nace en el secreto de nosotros, en ese lugar interior que los autores espirituales suelen llamar el “corazón”.

Por consiguiente, rezar no es algo periférico en nosotros, no es nuestra capacitad secundaria y marginal, sino que es el misterio mucho más íntimo de nosotros mismos. Es este secreto el que ora. Las emociones rezan, pero es imposible decir que la oración sea solo emoción. La inteligencia ora, pero orar no es solo un acto intelectual. El cuerpo reza, pero se puede hablar con Dios incluso en la más grave incapacidad. En consecuencia, es todo ser humano quien ora, si su “corazón” ora.

Según el Papa, “La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: algo que nace en lo más profundo de nuestra persona y se esparce, pues anhela un encuentro. Hay que resaltar esto: echa de menos un acercamiento, ese anhelo que es mucho más que una necesidad, mucho más que una necesidad; es un camino, el anhelo de una cita.

“La oración es la voz de un yo que anda a tientas, andando a tientas, intentando encontrar un “tú”. El acercamiento entre el “yo” y el “tú” no se puede hacer con calculadoras. Es un encuentro humano y se procede a tientas, frecuentemente, a encontrar el “Tú” que busca mi “yo”.

Francisco mencionó que “La oración cristiana nace de una revelación: el “Tú” no estaba implicado en el misterio, sino que entraba con relación a nosotros.. El cristianismo es la religión que festeja de manera continua la “manifestación” de Dios, su epifanía. Las primeras fiestas del año litúrgico son la celebración de este Dios que no permanece oculto, sino que da su amistad a los hombres. Dios revela su gloria en la pobreza de Belén, en la contemplación de los Magos, en el Bautismo en el Jordán, en la joya de las Bodas de Caná. El Evangelio de Juan concluye el enorme himno del prólogo con una declaración resumida: “A Dios absolutamente nadie lo ha visto jamás; quien nos descubrió a Dios fue el Hijo unigénito, que está con el Padre”.

La oración del cristiano entra con relación a el Dios del rostro tierno, que no desea atemorizar a los hombres. Esta es la primera característica de la oración cristiana. Si los hombres estuviesen familiarizados a arrimarse a Dios con un poco de timidez, con un poco de temor a este fascinante y espectacular secreto, si estuviesen acostumbrados a venerarlo con una actitud servil, semejante a la de un sujeto que no desea faltarle el respeto a su señor, los cristianos vuélvanse a Él, atreviéndose a llamarlo confiadamente con el nombre de “Padre”.

El Pontífice subrayó que “el cristianismo desterró cualquier relación “feudal” de la conexión con Dios. En el patrimonio de nuestra fe no existen expresiones como ‘sumisión’, ‘esclavitud’ o ‘vasallaje’; sino expresiones como ‘pacto’, ‘amistad’, ‘promesa’, ‘comunión’, ‘cercanía’.”

Dios es el amigo, el aliado, el marido. En la oración se establece una relación de confianza con Él, tanto que, en el “Padre Nuestro”, Jesús nos enseñó a realizar una sucesión de súplicas a Dios. Tenemos la posibilidad de solicitarle a Dios todo, explicarlo todo, contarlo todo. No importa si en nuestra relación con Dios nos sentimos imperfectos: no somos buenos amigos, no somos hijos agradecidos, no somos esposos leales. Él prosigue amándonos.

O sea lo que Jesús revela definitivamente en la Última Cena, en el momento en que afirma: “Esta copa es la nueva coalición en mi sangre, que por nosotros se derrama”. En este ademán, Jesús anticipa el misterio de la cruz en el cenáculo. Dios es un aliado fiel: si los hombres dejan de querer, Él los prosigue amando, si bien el amor los lleve al Calvario. Dios siempre está cerca de la puerta de nuestro corazón. Aguardar. Espera a que le abramos la puerta. Y en ocasiones late, en el corazón; pero no es un invasor: espera. La paciencia de Dios con nosotros: es la paciencia de un padre, de alguien que nos desea mucho. Yo diría que es la paciencia de un padre y una madre todos juntos. Siempre cerca de nuestro corazón, y cuando late lo realiza con inocencia y mucho amor”, destacó Francisco.

El Papa concluyó su catequesis, pidiéndonos que tratemos de rezar de esta forma, “entrándonos en el secreto de la Coalición. Ponernos mediante la oración en los brazos misericordiosos de Dios, sentirnos envueltos en ese secreto de felicidad que es la vida trinitaria, sentirnos invitados que no merecían tanto honor y repetir a Dios, en el estupor de la oración: ¿Es posible que Tú solo conozcas el amor? ¿Conoces solo el cariño y no el odio? Este es el Dios al que nos dirigimos. Este es el núcleo incandescente de toda oración cristiana”.

Esperamos que le gustara nuestro articulo El Papa en la Audiencia General: rezar es lo más
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios