RELIGION CRISTIANA

El Papa en Casa Santa Marta reza por la paz en las familias

El Papa en Casa Santa Marta reza por la paz en las familias

En la Misa de Santa Marta, Francisco oró de manera especial por las familias para que, en este momento difícil, conserven la paz, la alegría y el valor. Una oración particular también para la gente con discapacidad. En la homilía comenta la parábola del hijo pródigo.

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En la sexta Misa en vivo vía uso contínuo desde la Capilla de Casa Santa Marta, Francisco continuó este sábado por la mañana orando por los enfermos de Covid-19, dirigiendo un pensamiento particular a las familias, de forma especial a las personas con discapacidad. Estas fueron sus palabras al inicio de la celebración:

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Seguimos orando por los enfermos de esta pandemia. El día de hoy quisiese pedir una oración especial por las familias, familias que de un día para otro están con sus hijos en casa, por el hecho de que las escuelas están cerradas por seguridad y deben conducir una situación difícil y manejarla bien, con paz y también con alegría. De forma particular pienso en aquellas familias que tienen un integrante con discapacidad. Se cierran las guarderías para personas con discapacidad y la persona continúa con su familia. Oremos por las familias a fin de que no pierdan la paz ahora mismo y puedan sacar adelante a toda la familia con valentía y alegría.

En su homilía, Francisco comentó el Evangelio del hijo pródigo y del padre misericordioso, propuesto por la liturgia del día (Lc 15,1-3. 11-32). Ahora se muestra el artículo de la homilía según nuestra transcripción:

Con frecuencia oímos este pasaje del Evangelio. Jesús cuenta esta parábola en un contexto especial: “Todos los publicanos y pecadores venían a Jesús para escucharlo”. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos». Y Jesús les respondió con esta parábola. ¿Lo que ellos dicen? La gente, los pecadores se aproximan en silencio, no saben de qué forma decirlo, pero su presencia afirma muchas cosas, querían escuchar. ¿Qué dicen los doctores de la ley? Ellos critican. “Susurraban”, afirma el Evangelio, tratando de anular la autoridad que Jesús tenía con la multitud. Esta es la gran acusación: «Come con los pecadores, es impuro».

Entonces la parábola es un tanto como una explicación de este drama, este inconveniente. ¿Qué sienten estas personas? La gente siente la necesidad de salvación. La multitud no sabe distinguir bien, intelectualmente: «Necesito encontrar a mi Señor, para que me llene», precisa un guía, un pastor. Y la gente se aproximan a Jesús pues ven en Él un pastor, necesitan asistencia para caminar en la vida. Sienten esta necesidad. Los demás, los médicos se sienten suficientes: “Fuimos a la universidad, hice un doctorado, no…, 2 doctorados. Sé muy bien lo que afirma la ley; mejor, los conozco todos, todas y cada una de las explicaciones, todos y cada uno de los casos, todas y cada una de las actitudes casuísticas”. Y se sienten suficientes y desprecian a las personas, menosprecian a los pecadores: desprecian a los pecadores. En la parábola, ¿qué dice? El hijo le afirma al Padre: “Dame el dinero y me voy”. El padre da, pero no dice nada porque es padre, quizás tenía algún recuerdo de alguna tontería que hizo cuando era joven, pero no afirma nada.

Un padre sabe sufrir en silencio. Un padre mira la hora. Deja pasar los malos tiempos. Con frecuencia, la actitud de los padres es la de «hacer el imbécil» frente a las faltas de sus hijos. El otro hijo riñe a su padre: “Fuiste injusto”, le dijo. ¿De qué forma se sienten la gente de la parábola? El joven siente el deseo de comerse el planeta, de ir mucho más allá, de salir de la casa, y quizás vivir la casa como una prisión, y asimismo le alcanza para decirle a su padre: “Dame lo que es mío”. Siente valor, fuerza. ¿Cómo se siente el padre? El padre siente mal, ternura y bastante amor. Entonces en el momento en que el hijo afirma esa otra palabra: “Me levantaré – cuando recobre el sentido – me levantaré e iré donde mi padre”, halla a su padre esperándolo, lo ve de lejos. Un padre que sabe esperar el tiempo de sus hijos.

¿Cómo se siente el hijo mayor? El Evangelio afirma: “Se indignó”, siente este desprecio. Y tantas veces indignarse, en tantas ocasiones, es la única manera de que estas personas se sientan dignas. Estas son las cosas que se dicen en este pasaje del Evangelio, las cosas que se sienten. ¿Pero cuál es el inconveniente? El inconveniente -empecemos con el hijo mayor- el inconveniente es que él se encontraba en casa, pero jamás entendió lo que significaba vivir en el hogar: hacía sus tareas, hacía su trabajo, pero no entendía lo que era una relación de amor. como tu padre “El hijo mayor estaba indignado y no deseaba entrar”. “¿Pero ya no es esta mi casa?” … pensó. Lo mismo que los doctores de la ley. “No hay orden. Este pecador vino aquí y le hicieron una fiesta. ¿Y yo?» El padre afirma la palabra clara: “Hijo, siempre estás conmigo y todo lo que es mío es tuyo”. Y eso, el hijo no se dio cuenta, vivía en su casa como en un hotel, sin sentir esa paternidad… Muchos “hoteleros” en la casa de la Iglesia que se creen los jefes.

Es interesante, el padre no le dice una palabra al hijo que regresa del pecado, solo lo besa, lo abraza y le hace un festín; debe explicarle, ingresar en su corazón: su corazón se encontraba blindado por sus concepciones de paternidad, de filiación, de modo de vida. Recuerdo en el momento en que un sacerdote adulto mayor sabio, un gran confesor, era misionero, un hombre que amaba tanto a la Iglesia, y comentando de un sacerdote joven que estaba muy seguro de sí, muy creyendo… que era un valor, que tenía derechos en la Iglesia, ha dicho: «Oro por esto, que el Señor ponga una cáscara de plátano en tu sendero y la realice resbalar, te va a hacer bien». Tal y como si dijera, parece una blasfemia: «Le va a hacer bien pecar porque precisará pedir perdón y encontrará al Padre».

Tantas cosas nos dice esta parábola del Señor, que es la contestación a los que lo criticaban por el hecho de que paseaba con los pecadores. Pero asimismo varios hoy critican, gente de la Iglesia, a los que se aproximan a los necesitados, a los humildes, a los que trabajan, incluso a los que trabajan para nosotros. Que el Señor nos dé la felicidad de comprender cuál es el inconveniente. El problema es vivir en casa, pero no sentirse en el hogar, pues no hay una relación de paternidad, de fraternidad, sólo la relación de compañeros de trabajo.

Esperamos que le gustara nuestro articulo El Papa en Casa Santa Marta reza por la paz en las familias
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
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