El Papa: Dios ayude a los gobernantes, estén unidos en el
En la Misa de este sábado (05/02) en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa oró por los gobernantes que tienen la responsabilidad de cuidar al pueblo. En la homilía mencionó que en tiempos de crisis es requisito ser realmente firmes y perseverantes en la convicción de la fe, no es instante de llevar a cabo cambios: Que el Señor nos envíe el Espíritu Beato a fin de que seamos fieles y nos dé la fuerza para no vender la fe
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Francisco presidió la Misa en Casa Santa Marta, en el Vaticano, la mañana de este sábado de la Tercera Semana de Pascua. En la introducción, el Papa dirigió sus pensamientos a los gobernantes:
Oremos hoy por los que gobiernan, que tienen la responsabilidad de cuidar de sus pueblos en estos momentos de crisis: jefes de estado, jefes de gobierno, legisladores, alcaldes, gobernadores… A fin de que el Señor los asista y les dé fuerza, por el hecho de que su trabajo no es fácil. Y en el momento en que haya diferencias entre ellos, comprendan que, en tiempos de crisis, han de estar muy unidos por el bien del pueblo, porque la unidad es superior al conflicto.
El día de hoy, sábado 2 de mayo, se nos unen en oración 300 conjuntos de oración, llamados madrugadores, o sea, matineiros: los que madrugan a orar, madrugan, precisamente a rezar. Se unen a nosotros hoy, en este momento.
En la homilía, el Papa comentó las lecturas del día, a partir del pasaje del Libro de Hechos de los Apóstoles (At 9,31-42) que relata de qué forma se afianzó la primera comunidad cristiana y, con el consuelo del Espíritu Santurrón, medró en número. Luego trae 2 acontecimientos con Pedro en el centro: la curación de un paralítico en Lydda y la resurrección de una acólita llamada Tabita. La Iglesia – dijo el Papa – crece en los instantes de tranquilidad. Pero hay tiempos bien difíciles, de persecución, tiempos de crisis que ponen en dificultad a los leales. Como dice el Evangelio del día (Jn 6,60-69) en el que, tras el discurso sobre el pan vivo bajado del cielo, la carne y la sangre de Cristo que da la vida eterna, varios discípulos abandonan a Jesús diciendo que su palabra Está duro. Jesús sabía que los acólitos susurraban y en esta crisis ten en cuenta que absolutamente nadie puede venir a él si el Padre no lo atrae. El instante de crisis es un momento de decisión que nos pone ante las decisiones que debemos tomar. Esta pandemia es asimismo un momento de crisis. En el Evangelio Jesús pregunta a los Doce si ellos también quieren irse y Pedro responde: “¿A quién iremos, Señor? Tienes expresiones de vida eterna. Creemos firmemente y reconocemos que eres el Santo de Dios”. Pedro confiesa que Jesús es el Hijo de Dios. Pedro no entiende lo que afirma Jesús, come la carne y bebe la sangre, pero confía. Que esto – siguió Francisco – nos asista a vivir los momentos de crisis. En los momentos de crisis hay que ser realmente firmes en la convicción de fe: hay perseverancia, no es el momento de realizar cambios, es el momento de la fidelidad y de la conversión. Los cristianos debemos estudiar a administrar tanto los momentos de paz como los de crisis. Que el Señor -fue la oración final del Papa- nos mande el Espíritu Beato para resistir las tentaciones en tiempos de crisis y ser leales, con la promesa de vivir entonces instantes de paz, y nos dé la fuerza para no traicionar la fe.
Ahora, el artículo de la homilía transcrito por Vatican News:
La primera lectura comienza: “En esos días la Iglesia vivía en paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se consolidó y progresó en el miedo del Señor y aumentó en número con la asistencia del Espíritu Beato”. tiempo de paz Y la Iglesia medra. La Iglesia está en tranquilidad, tiene el consuelo del Espíritu Beato, está en el consuelo. Los buenos tiempos… Entonces vino la curación de Eneas, luego Pedro resucitó a Gazela, Tabita… cosas que se hacen en paz.
Pero hay tiempos que no son pacíficos en la Iglesia primitiva: tiempos de persecución, tiempos difíciles, tiempos que ponen en crisis a los fieles. Tiempos de crisis. Y un tiempo de crisis es lo que nos dice el día de hoy el Evangelio de Juan. Este pasaje del Evangelio es el final de una secuencia que empezó con la multiplicación de los panes, cuando querían hacer rey a Jesús, Jesús va a orar, al día siguiente no lo encuentran, lo procuran, lo encuentran y Jesús les amonesta que lo procuren a fin de que los nutra y no las palabras de vida eterna… y aquí acaba toda la historia. Le dicen: “Danos este pan”, y Jesús enseña que el pan que va a dar es su propio cuerpo y sangre.
En aquel tiempo, muchos de los acólitos de Jesús, después de oírlo, dijeron: “Dura es esta palabra. ¿Quién puede oírla? Jesús había dicho que quien no comiese su cuerpo y (tomara) su sangre no tendría vida eterna. Jesús asimismo ha dicho: “Si comes mi cuerpo y (bebes) mi sangre, resucitarás en el último día”. Estas, las cosas que dijo Jesús, y “esta palabra es dura”, es durísima. Algo aquí no está bien. Este hombre ha ido alén de los límites. Y este es un instante de crisis. Hubo momentos de paz y instantes de crisis. Jesús sabía que los acólitos murmuraban: aquí está la distinción entre los discípulos y los apóstoles. Los discípulos eran los 72 o más, los apóstoles eran los 12. “Jesús sabía desde el comienzo quiénes eran los que no tenían fe y quiénes lo traicionarían”. Y por eso, dada esta crisis, les recuerda: “De ahí que les digo: nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre”. Resume que ser atraídos por el Padre: el Padre nos atrae a Jesús. Y es de esta forma como la crisis se resuelve sola.
Y “desde ese momento, varios de sus discípulos se volvieron atrás y por el momento no andaban con él”. Se distanciaron. “Este hombre es un tanto peligroso, un tanto… pero estas doctrinas… sí, es un buen hombre, predica y cura, pero cuando se trata de estas cosas extrañas… por favor, déjenos ir”. Y los acólitos de Emaús hacen lo mismo, en la mañana de la resurrección: “Ah, sí, cosa extraña: las mujeres que aseguran que el sepulcro… lo van a crucificar”. También los soldados que protegían la tumba: habían visto la verdad, pero luego prefirieron vender su misterio y “cuidémonos”: no nos metamos en estas historias, que son peligrosas”.
Un instante de crisis es un instante de elección, es un instante que nos pone frente a las decisiones que debemos tomar: todo el planeta, en la vida, ha tenido y va a tener momentos de crisis. Crisis familiares, crisis maritales, crisis sociales, crisis en el trabajo, tantas crisis… Esta pandemia es también un momento de crisis social.
¿De qué manera reaccionar en ese momento de crisis? “En ese tiempo, varios de sus discípulos se volvieron atrás y no lo prosiguieron mucho más”. Jesús reanuda la resolución de interrogar a los apóstoles: “Entonces Jesús ha dicho a los 12: “¿Asimismo vosotros deseáis iros?” Toma una decision. Y Pedro hace la segunda confesión. “Simón Pedro respondió: ‘¿A quién iremos, Señor? Tú tienes la palabra de vida eterna. Suponemos firmemente y reconocemos que eres el Santurrón de Dios’”. Pedro confiesa, en nombre de los Doce, que Jesús es el Santo de Dios, el Hijo de Dios. La primera confesión –“Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”– y poco después, cuando Jesús comienza a explicar la pasión que estaba por venir, lo interrumpe: “¡No, no, Señor, eso no!”. , y Jesús lo regaña. Pero Peter ha madurado un tanto y aquí no regaña. No entiende lo que afirma Jesús, ese “comed la carne, bebed la sangre”: no entiende. Pero confía en el Profesor. Seguridad. Y hace esta segunda confesión: “A quién iremos, por favor, Tú tienes palabra de vida eterna”.
Esto nos asistencia, a todos nosotros, a vivir instantes de crisis. En mi tierra hay un dicho que afirma: “En el momento en que vas a caballo y debes cruzar un río, por favor no cambies de caballo en medio del río”. En los instantes de crisis, sed muy firmes en la convicción de fe. Los que se fueron, modificaron de caballo, buscaron otro amo que no fuera tan duro, como decían.
Un pasaje de la homilía del Papa Francisco
En el instante de la crisis hay perseverancia, silencio; Quédate donde nos encontramos, firmes. No es el instante de hacer cambios. Es el instante de la lealtad, la fidelidad a Dios, la lealtad a las cosas que aceptamos antes; es también el momento de la conversión pues esa fidelidad precisamente nos inspirará algún cambio para el bien, para no separarnos del bien.
Momentos de paz y momentos de crisis. Los cristianos debemos aprender a manejar los dos. Los dos. Un padre espiritual dice que el instante de crisis es como pasar por fuego para volverse fuerte. Que el Señor nos envíe el Espíritu Santo para entender resistir las tentaciones en tiempos de crisis, para saber ser leales a las primeras expresiones, con la promesa de vivir entonces instantes de paz. Pensemos en nuestras crisis: crisis familiares, crisis vecinales, crisis laborales, crisis sociales en el planeta, en el país… tantas crisis, tantas crisis.
Que el Señor nos dé la fuerza, en momentos de crisis, para no vender la fe.
El Papa invitó a quienes no tienen la posibilidad de recibir la comunión sacramental a realizar la Comunión espiritual con la próxima oración:
Jesús mío, creo que andas que se encuentra en el Muy santo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas, y mi alma suspira por ti. Pero como ahora no puedo recibirte en el Santísimo Sacramento, ven, por lo menos espiritualmente, a mi corazón. Te abrazo tal y como si ya estuvieses conmigo: me uno a ti completamente. ¡Oh! ¡No permitas que me separe de Ti otra vez!
El Santurrón Padre terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística. Antes de dejar la Capilla dedicada al Espíritu Beato, el Antífona mariana “Regina caeli”, cantada en tiempo pascual:
Reina del cielo, regocíjate. ¡Aleluya!
Pues Aquel que merecías llevar en tu seno. ¡Aleluya!
Ha resucitado como dijo. ¡Aleluya!
Ruega por nosotros a Dios. ¡Aleluya!
D./ Alégrate y alégrate, oh Virgen María. ¡Aleluya!
C./ Por el hecho de que realmente el Señor ha resucitado. ¡Aleluya!
Esperamos que le gustara nuestro articulo El Papa: Dios ayude a los gobernantes, estén unidos en el
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios
