RELIGION CRISTIANA

El Papa anima a rezar en todo momento porque la oración se hace

Vaticano, 10 de febrero. 21/08:37 am (ACI).- En la audiencia general de este miércoles 10 de febrero, el Papa Francisco nos animó a rezar todos y cada uno de los días y en todo instante, pues la oración es nuestra fuerza y ​​“consigue milagros”.

“Somos seres débiles, pero entendemos rezar: esta es nuestra mayor dignidad, es también nuestra fuerza. ¡Coraje! Orad en todos y cada instante, en todos y cada situación, por el hecho de que el Señor está cerca de nosotros. Y cuando una oración está en sintonía con el corazón de Jesús, se obtienen milagros”, ha dicho el Papa.

Continuando con su serie de catequesis sobre la oración, el Santurrón Padre subrayó que “quien reza es como un enamorado, que transporta siempre en el corazón a la persona que quiere, esté donde esté. Por eso, tenemos la posibilidad de rezar cualquier ocasión, en los acontecimientos de cada día: en las calles, en las oficinas, en los medios de transporte; con palabras o en el silencio de nuestros corazones.”

“Todo se asume en este diálogo con Dios: cada alegría se convierte en motivo de alabanza, cada prueba es una ocasión para soliciar ayuda. La oración siempre y en todo momento está viva en vida, como el fuego de las brasas, incluso cuando los labios no charlan, pero el corazón charla. Todo pensamiento, aunque parezca ‘profano’, puede ser empapado de oración”, dijo.

Además, el Pontífice resaltó que “aun en la inteligencia humana hay un aspecto orante; en verdad, es una ventana abierta al misterio: alumbra los pocos pasos que están ante nosotros y después se abre a toda la realidad, esta realidad que la precede y la sobrepasa”.

“La oración cristiana infunde al corazón humano una esperanza invencible: cualquier experiencia que toca nuestro sendero, el cariño de Dios puede transformarla para bien”, añadió.

El Papa citó entonces el Catecismo de la Iglesia Católica para argumentar que “se aprende a rezar en ciertos instantes, oyendo la Palabra del Señor y participando de su misterio pascual. Pero en todos y cada momento, en los acontecimientos de cada día, su Espíritu se nos ofrece para llevar a cabo brotar la oración”.

En este sentido, el Santurrón Padre resaltó que “el tiempo está en las manos del Padre; es en el presente que lo podemos encontrar; no ayer ni mañana, sino más bien el día de hoy” y agregó que “no hay otro día fantástico, excepto el el día de hoy que vivimos. Personas que viven siempre pensando más adelante: ‘Pero el futuro va a ser mejor…’, y no viven el hoy como viene: son personas que viven en la fantasía, no tienen idea asumir la verdad específica . Y el día de hoy es verdadera, el día de hoy es preciso. Y la oración tiene lugar en hoy. Jesús viene a nuestro acercamiento hoy, en este hoy que vivimos”.

“Es la oración que convierte el hoy en gracia, o mucho más bien, que nos transforma a nosotros: mitiga la ira, mantiene el cariño, multiplica la alegría, infunde la fuerza para perdonar”, dijo el Papa.

“Y en el momento en que nos viene un pensamiento de ira, de descontento, que nos transporta a la amargura. Detengámonos y afirmemos al Señor: ‘¿Dónde estás? ¿Y adónde voy? Y el Señor está ahí, el Señor nos va a dar la palabra justa, el consejo para proseguir adelante sin ese jugo amargo de lo negativo. Pues la oración, utilizando una palabra profana, siempre y en todo momento es efectiva. ¡En algún momento! Sigue”, agregó.

En este sentido, el Santurrón Padre indicó que “cada jornada que empieza, si es acogida en la oración, va acompañada de valentía, a fin de que los inconvenientes que hay que enfrentar por el momento no sean obstáculos para nuestra felicidad, sino llamadas de Dios, ocasiones para nuestro acercamiento con Él. Y en el momento en que alguien está acompañado por el Señor, se siente mucho más valeroso, mucho más libre y hasta más feliz”.

“Por consiguiente, oremos siempre y en todo momento por todo y por todos, aun por nuestros enemigos. Jesús nos aconsejó: ‘Orad por vuestros enemigos’. Oremos por nuestros seres queridos, pero asimismo por los que no conocemos; oremos asimismo por nuestros contrincantes, como mencioné anteriormente, como frecuentemente nos invita la Escritura”, invitó.

De este modo, el Papa resaltó que “la oración dispone a un amor sobreabundante”, por lo que exhortó a rezar “en especial por los desdichados, por los que lloran en la soledad y pierden la promesa de que todavía les palpita un amor”. , puesto que la oración hace milagros.”

“La oración del católico logró presente la compasión de Jesús, que miraba con enorme ternura a las multitudes cansadas y perdidas como ovejas sin pastor. El Señor –no lo olvidemos– es el Señor de la compasión, de la cercanía, de la inocencia: tres expresiones que no deben olvidarse nunca. Pues es el estilo del Señor: compasión, cercanía, inocencia”, recordó.

Al final, el Santurrón Padre explicó que “la oración nos asiste a querer a el resto, pese a sus errores y errores” y lamentó que “la vida de quien siempre evalúa a los demás es negativa, condena, siempre y en todo momento juzga: es una vida negativa, infeliz”. . Jesús vino a socorrer”.

“Abre tu corazón, excusa, justifica a el resto, comprende, continúa asimismo tú cerca de los demás, ten compasión, siente la ternura como Jesús. Es requisito amar a todos y cada uno, recordando en la oración que todos somos pecadores y al tiempo amados por Dios, uno por uno. Amando de esta manera este mundo, amándolo con ternura, descubriremos que cada día y cada situación lleva en sí un fragmento del misterio de Dios”, concluyó el Papa.

Anunciado inicialmente en ACI Press. Traducido y adaptado por Nathália Queiroz.

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