El Papa: abuelos, no jubilados frágiles, sino personas con

El Papa: abuelos, no jubilados frágiles, sino personas con

El Papa: abuelos, no débiles retirados, sino más bien personas con talentos a valorar

Papa Francisco durante la Audiencia General (Vatican Media)

“Para los abuelos, una parte esencial de su vocación es ayudar a sus hijos en la educación de sus hijos. Los pequeños aprenden la fuerza de la inocencia y el respeto por la fragilidad: lecciones insustituibles que, con los abuelos, son más simples de trasmitir y recibir. Los abuelos, por su parte, aprenden que la ternura y la fragilidad no son solo signos de caída: para los jóvenes, son pasajes que hacen humano el futuro”, ha dicho Francisco a lo largo de la audiencia general.

Mariangela Jaguraba – Vatican News

“Judit. Una joven admirable, una vejez espléndida”, fue el tema de la catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General, este miércoles (05/11), efectuada en la Plaza São Pedro.

Judith, una heroína bíblica, defendió a Israel contra sus enemigos. Con su astuta forma de accionar, fue capaz de decapitar al dictador que venía contra el país. Era intrépido, esta mujer, tenía fe”, resaltó el Papa.

“Tras la gran aventura que la ve como personaje principal, Judite regresa a vivir a su localidad, Betúlia, donde habita una aceptable vejez, hasta los ciento cinco años. Judite vivió más de cien años, una bendición particular”, subrayó Francisco, señalando que hoy “no es común tener muchos años de vida después de la jubilación”. Entonces, ¿cómo interpretar, de qué forma llevar a cabo fructífero el tiempo de retiro? “¿De qué forma puedo medrar en autoridad, santidad y sabiduría?”, preguntó el Papa.

Para muchas personas, “la jubilación coincide con un merecido y esperado descanso de ocupaciones exigentes y agotadoras. Pero también pasa que el final del trabajo representa un motivo de preocupación y se espera con cierta inquietud”, agregó Francisco. “¿Qué haré ahora, que mi vida se vaciará de lo que la ha llenado por consiguiente tiempo?” “El trabajo períodico significa también una combinación de relaciones, la satisfacción de ganarse la vida, la experiencia de desempeñar un papel, una cuenta bien digna, un tiempo terminado que va alén de las simples horas de trabajo”, destacó el Papa, y agregó:

Evidentemente está el compromiso, gozoso y agotador, de cuidar de los nietos; y hoy los abuelos juegan un papel muy importante en la familia para ayudar a crecer a sus nietos, pero entendemos que en la actualidad nacen cada vez menos hijos, y los padres poco a poco más distantes, más sujetos a desplazamientos, con ocasiones laborales y de vivienda perjudiciales. En ocasiones asimismo son mucho más reacios a confiar a sus abuelos espacios de educación, y solo les conceden aquellos estrictamente vinculados a la necesidad de asistencia. Pero alguien me ha dicho, sonriendo un poco irónicamente: “Hoy los abuelos, en esta situación socioeconómica, se han vuelto más esenciales, por el hecho de que tienen pensiones”. ¡Piensa de esta manera! Hay nuevas solicitudes, aun en el campo de las relaciones educativas y parentales, que requieren la reformulación de la tradicional coalición entre generaciones.

“¿Hacemos este esfuerzo de “reformulación”? ¿O sencillamente sufrimos la inercia de las condiciones materiales y económicas? En efecto, se alarga la convivencia de las generaciones. ¿Buscamos, todos juntos, hacerlos más humanos, más amorosos, más justos, en las novedosas condiciones de las sociedades modernas?

Para los abuelos, una sección importante de su vocación es contribuir a sus hijos en la educación de sus hijos. Los pequeños aprenden la fuerza de la inocencia y el respeto por la fragilidad: lecciones ireemplazables que, con los abuelos, son mucho más simples de transmitir y recibir. Los abuelos, a su vez, aprenden que la ternura y la fragilidad no son solo signos de caída: para los jóvenes, son pasajes que hacen humano el futuro.

“Judith enviudó temprano y no tuvo hijos, pero en la vejez ha podido vivir un tiempo de plenitud y tranquilidad, siendo consciente de haber vivido plenamente la misión que el Señor le había encomendado. Para ella es tiempo de dejar un buen legado de sabiduría, ternura, dones a la familia y red social: una herencia de bien y no solo de bienes. En el momento en que pensamos en herencia, a veces pensamos en bienes, y no en el bien que se realizó en la vejez y que se sembró, ese bien que es la mejor herencia que podemos dejar”, ​​ha dicho el Papa.

“En su vejez, Judith “concedió la libertad a su sirviente predilecto”. Este es un signo de una observación atenta y humana hacia aquellos que estaban cerca de él”.

En la vejez pierdes un tanto la visión, pero tu mirada interior se agudiza. Te vuelves capaz de ver cosas que antes pasaban desapercibidas. Es de esta manera: el Señor no confía sus talentos solo a los jóvenes y fuertes: tiene talentos para todos, hechos a la medida de cada uno. La vida de nuestras comunidades ha de saber gozar de los talentos y carismas de muchos jubilados que ya están retirados en el registro civil, pero que son una riqueza a valorar. Esto pide, por parte de los mismos jubilados, una atención creativa y nueva, una disponibilidad espléndida.

El Papa recomendó la lectura del Libro de Judit, un pequeño libro de solamente diez páginas, que cuenta la historia de una mujer valeroso. “Quisiera que todas y cada una nuestras abuelas fuesen de esta forma: valientes, sabias y que nos dejen un legado no de dinero, sino de sabiduría, sembrado en sus nietos”, concluyó Francisco.

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Esperamos que le gustara nuestro articulo El Papa: abuelos, no jubilados frágiles, sino personas con
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios