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‘El mundo entero está en guerra’, se lamenta el Papa Francisco
Good llora por el rechazo al camino de la paz y por el hecho de que “el mundo entero está en guerra”, dijo el Papa Francisco en la misa de este jueves en Santa Marta.
Al describir las muchas guerras en todo el mundo como “un poco aquí, un poco allá y en todas partes” para las cuales no había justificación, el Pontífice dijo que mientras los traficantes de armas se dedican a sus negocios, están los pobres pacificadores que, en su esfuerzo por ayudar a otra persona, ya otra ya otra, a gastarse por completo, e incluso a dar la vida.
Comparó este enfoque con la Beata Madre Teresa de Calcuta, contra quien el cínico mundano podría decir: ‘¿Pero qué logró ella? ¿Desperdició su vida ayudando a otros en su camino hacia la muerte?
“No entendemos el camino de la paz”, comentó el Pontífice.
Hizo un llamamiento a la conversión del corazón. “Aquí, ante la puerta de este Jubileo de la Misericordia, pidamos que nuestra alegría, nuestro júbilo, sea esta gracia: que el mundo descubra la capacidad de llorar por sus crímenes, por lo que el mundo hace con la guerra”.
El Papa continuó: “Hoy también Jesús llora porque hemos elegido el camino de la guerra, el camino del odio, el camino de las enemistades. Estamos cerca de la Navidad. Habrá luces, habrá fiestas, árboles brillantes, incluso belenes, todo engalanado, mientras el mundo continúa en guerra. El mundo no ha entendido el camino de la paz.”
El Papa Francisco recordó las recientes conmemoraciones de la Segunda Guerra Mundial, las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, su visita a Redipuglia el año pasado en el aniversario de la Gran Guerra.
Refiriéndose a ellos como “matanzas inútiles”, repitió las palabras del Papa Benedicto XV. “En todas partes hay guerra hoy, hay odio”, dijo.
Él preguntó: “¿Qué quedará después de esta guerra, en medio de la cual estamos viviendo ahora?”
“¿Qué quedará? Ruinas, miles de niños sin educación, tantas víctimas inocentes: y mucho dinero en los bolsillos de los traficantes de armas”.
Por otra parte, la presencia policial alrededor del Vaticano se ha fortalecido a raíz de los ataques terroristas en París, y habrá seguridad adicional cuando el Papa viaje a África la próxima semana.
Sin embargo, no hay planes para alterar el calendario del Papa, ni para la celebración del Año Jubilar.
La policía italiana ha aumentado sus patrullas alrededor de la Plaza de San Pedro, con policías militares revisando los paquetes de los visitantes y oficiales vestidos de civil mezclándose con la multitud en la audiencia pública semanal del Papa.
Italia ha asignado 700 soldados a detalles de seguridad adicionales alrededor de Roma, con la ciudad en alerta máxima debido a la preocupación por un nuevo ataque terrorista.
La embajada de Estados Unidos en Roma envió un aviso a los ciudadanos estadounidenses, advirtiendo que la basílica de San Pedro es uno de varios posibles objetivos terroristas en Italia.
Sin embargo, funcionarios del Vaticano han dicho que no hay planes para cambiar el calendario existente de eventos públicos, ya sea en Roma o en Kenia, Uganda y la República Centroafricana, donde el Papa Francisco visitará a fines de noviembre.
El padre Federico Lombardi, director de la oficina de prensa del Vaticano, dijo a los periodistas el 19 de noviembre que el jefe de los servicios de seguridad del Papa viajará a África antes que el Pontífice para realizar un control final de seguridad.
Estará especialmente alerta a los problemas en la República Centroafricana, donde un nuevo derramamiento de sangre ha planteado dudas sobre si la visita papal podría posponerse.
El padre Lombardi dijo que el Papa está comprometido con el viaje. “Estamos monitoreando la situación”, dijo, “Tal como están las cosas, planeamos ir a la República Centroafricana”.
El Papa viajará en un automóvil abierto durante su visita a África, confirmó el padre Lombardi.
Cuando se le preguntó si se le había aconsejado al Pontífice que usara un chaleco antibalas, el portavoz del Vaticano respondió: “Esta es la primera vez que escucho sobre eso”.
Señaló que parecería contradictorio usar un chaleco antibalas mientras se viaja en un automóvil abierto.
