El mensaje de paz del Papa destaca la importancia del cargo político

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El mensaje de paz del Papa destaca la importancia del cargo político

El Papa Francisco ha advertido a los políticos que no exploten la xenofobia y el racismo para obtener ganancias políticas.

En su mensaje por el Día Mundial de la Paz del 1 de enero de 2019, que se dio a conocer este martes, el Papa habló de la política ética y la contrastó con los vicios de la mala política y los políticos corruptos que están dispuestos a despreciar el entorno natural y saquear los recursos naturales de la tierra. en aras de una ganancia rápida.

En los primeros párrafos de su mensaje, el Pontífice advirtió que la sed de poder a cualquier precio conduce a abusos e injusticias.

“La política es un medio esencial para construir la comunidad humana y las instituciones, pero cuando la vida política no se ve como una forma de servicio a la sociedad en su conjunto, puede convertirse en un medio de opresión, marginación e incluso destrucción”, advirtió el Papa.

El cargo político y la responsabilidad política desafían a los llamados al servicio de su país a hacer todo lo posible para proteger a quienes viven en él y crear las condiciones para un futuro digno y justo.

“Si se ejerce con respeto fundamental por la vida, la libertad y la dignidad de las personas, la vida política puede convertirse en una forma destacada de caridad”, afirma el mensaje papal.

El Papa Francisco también señala que la paz es a veces como “una flor delicada que lucha por florecer en el suelo pedregoso de la violencia”.

Hablando en general sobre los vicios que pueden acosar a la política, dijo que restan credibilidad a la vida política en general, así como a la autoridad, las decisiones y las acciones de quienes participan en ella.

“Estos vicios, que socavan el ideal de una auténtica democracia, deshonran la vida pública y amenazan la armonía social. Pensamos en la corrupción en sus variadas formas: la apropiación indebida de los recursos públicos, la explotación de las personas, la negación de derechos, la burla de las normas comunitarias, la ganancia deshonesta, la justificación del poder por la fuerza o la apelación arbitraria a la razón de Estado y la negativa a renunciar al poder”.

El Papa también advirtió contra la xenofobia, el racismo, la despreocupación por el entorno natural, el saqueo de los recursos naturales en aras del beneficio rápido y el desprecio por los obligados a exiliarse.

La buena política, en cambio, promueve la participación de los jóvenes y la confianza en los demás. Agregó que cuando la política fomenta concretamente los talentos de los jóvenes y sus aspiraciones, la paz crece en su mirada y en sus rostros.

Refiriéndose al centenario del final de la Primera Guerra Mundial, el Papa Francisco recordó a los muertos en sus batallas ya las poblaciones civiles desgarradas.

“Somos más conscientes que nunca de la terrible lección que nos dan las guerras fratricidas: la paz nunca puede reducirse únicamente a un equilibrio entre el poder y el miedo”, subrayó.

Cualquier escalada de intimidación, y la proliferación descontrolada de armas, es contraria a la moral ya la búsqueda de la paz verdadera, dijo.

“El terror ejercido sobre los más vulnerables contribuye al exilio de poblaciones enteras que buscan un lugar de paz. Son inaceptables los discursos políticos que tienden a culpar de todos los males a los migrantes y a privar de esperanza a los pobres”, subrayó el mensaje.

El Papa dijo a los políticos que es necesario reafirmar cómo la paz se basa en el respeto a cada persona, sea cual sea su origen, en el respeto a la ley y al bien común, en el respeto al medio ambiente confiado a nuestro cuidado y a la riqueza de la tradición moral heredada de generaciones pasadas.

“Nuestro pensamiento se dirige de manera particular a todos aquellos niños que actualmente viven en zonas de conflicto, y a todos aquellos que trabajan para proteger sus vidas y defender sus derechos”, dijo y destacó que uno de cada seis niños en el mundo es afectados por la violencia de la guerra o sus efectos, “incluso cuando no estén enrolados como niños soldados o rehenes de grupos armados”.

Dijo que el testimonio que dan quienes trabajan para defenderlos y su dignidad “es muy preciado para el futuro de la humanidad”.

Concluyó recordando el septuagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada tras la Segunda Guerra Mundial, así como la observación del Papa Juan XXIII: “La conciencia del hombre de sus derechos debe conducirle inevitablemente al reconocimiento de su deberes. La posesión de derechos implica el deber de hacer efectivos esos derechos, pues son la expresión de la dignidad personal del hombre. Y la posesión de derechos implica también su reconocimiento y respeto por los demás.”