Ejercicios espirituales: cultivemos sanas utopías,

Ejercicios espirituales: cultivemos sanas utopías,

Siguen los Ejercicios Espirituales por el Papa Francisco y la Curia Romana en Ariccia. el primer día de la semana por la tarde (11/03) el abad Bernardo Gianni meditó sobre el tema: “Nos encontramos aquí para reavivar las brasas con nuestro aliento”

localidad del Vaticano

Trazos de poesía, intercalados con sueños. El abad Bernardo Francesco Maria Gianni, que propone meditaciones para los ejercicios espirituales al Papa Francisco ahora los miembros de la Curia romana, proporciona copiosas citas y también invocaciones: un soplo suave sobre las brasas de la esperanza y la seguridad. El incansable constructor de paz Giorgio La Pira regresa a sus reflexiones, así como el poder evocador de la poesía de Mário Luzi y De roma Gardini. Todo ello dirigido a proponer una visión evangélica de las ciudades, a fin de que se transformen en “lugares encendidos de amor, paz y justicia”.

Es lo que nos hace celebrar a Mário Luzi. La localidad que fue el sueño de Giorgio La Pira, es una localidad donde reavivar el fuego, para que la raza humana vuelva a contemplarla con renovada esperanza, reconociéndonos, como tratamos de decir después, un espacio por donde pasa el Señor, un lugar visitado y visitado por el Señor.

Reavivar la Llama del Carisma de Dios

El benedictino olivetano, abad de San Miniato del Monte en Florencia, recuerda a los presentes que el fuego del amor de Jesús está asimismo encomendado al “testimonio”, la “custodia” y la “pasión” de cada uno de ellos. Y este tiempo de Cuaresma deja reavivar el fuego que se volvió menos candente “por resignación, por práctica, por esa “tibieza” justamente reprendida en páginas esenciales del Apocalipsis”.

Es cierto, la Carta a los Romanos, capítulo 11 versículo 20 nos recuerda: los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Pero, ¿de qué manera podemos considerarnos exentos de la búsqueda apasionada del comburente preciso para mantener encendida, encendida y medrando la llama de la vocación recibida?

La presunción de no necesitar nada

El abad advierte contra la presunción de “no requerir nada”, con la que, subraya, “realmente nos consideramos excusados ​​de considerar con seriedad y proteger este inmenso don que el Señor nos dió”, con “una vida de oración, de oyendo su Palabra, nutriéndonos de la santa y divina Eucaristía, viviendo una fraternidad radical que proviene de la escucha de la Palabra y de conformidad con la lógica eucarística con la que la vida divina se abre y entra en nosotros”. “Y se entra de verdad”, insiste, “místicamente con el poder del Espíritu Beato”.

Un soplo que es el poder del Espíritu Santo que se digna atravesarnos, que se digna editar nuestras debilidades, nuestra fragilidad, haciéndonos capaces de reavivar esa llama de los deseos ardientes.

La sinfonía de las estaciones

Recordando una vez más las palabras del profeta de la esperanza Giorgio La Pira, el monje nos ten en cuenta que un hombre puede “nacer cuando es viejo”: y esto pasa “si estamos necesitados y deseosos de deseo”, en el momento en que verdaderamente participamos “ en este hecho pascual de un auténtico renacimiento desde lo prominente”.

Y luego se trata de volver a descubrir que hay una sinfonía en nosotros, hay una polifonía en el espíritu que es considerablemente más rica y articulada de lo que semeja sugerir el tiempo mecánico de nuestros relojes. San Pablo, en su Segunda Carta a los Corintios, utiliza expresiones de excepcional fuerza evocadora y de gran verdad espiritual y antropológica: “Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro físico se deteriore, nuestro interior, por el contrario, se renueva día a día”.

Resiste las cenizas del mundo

Por consiguiente, no hay que entregarse “a las cenizas dentro y fuera de nosotros” pues esta “segunda creación puede efectuarse en todos y cada hombre, mediante cada palabra, por medio de cada acontecimiento”.

Una visión que me parece que devuelve a la condición humana una dignidad de la que no se debe congratularse banalmente con una autorreferencia pecaminosa. Al contrario, conduce a una inquietud que crea la Pascua por todo y de cualquier forma en una perspectiva que decidimos contemplar en el espacio de convivencia en la localidad, pues advertimos que, sobre todo, existe una gran tentación de reconocerse sólo y sólo como gris inerte, resultado de una combustión que desencadenó las esperanzas y los sueños primordialmente –déjenme decir– de las nuevas generaciones.

De ahí la relevancia de no buscar “desenlaces inmediatos que generen retornos políticos simples, rápidos y efímeros”, sino más bien acciones capaces de producir “nuevos dinamismos en la sociedad”, capaces de ofrecer pleno florecimiento al ser humano.

La oportunidad de un nuevo comienzo

Precisamente, la vida es “hábito, como una coacción, como un reloj”, pero siempre está “el instante de la resolución”: y este es el “poder del comienzo”, el “poder de la novedad” que “nace de la espíritu, del corazón”. En la elección cobra intensidad la libertad del hombre, que debe plasmarse en el ejemplo de Cristo en lugar de prestar “atención a los desilusionados e infelices”, a “quien cínicamente recomienda no cultivar esperanzas en la vida”, a quien “vence pronto todo entusiasmo diciendo que nada vale el sacrificio de una vida”.

No escuchemos a los “viejos” de corazón que ahogan la euforia juvenil; vamos a los viejos que tienen los ojos que brillan de promesa. Cultivamos utopias sanas. Dios quiere que podamos soñar como Él y con Él mientras andamos alerta a la verdad. Sueño, fuego, llama. Soñar con un planeta diferente y si un sueño se desvanece, volver a soñarlo, sacando con promesa de la memoria de los orígenes, y de las brasas que, quizás después de una vida no tan buena, se esconden bajo las cenizas del primer acercamiento con Jesús .

Esperamos que le gustara nuestro articulo Ejercicios espirituales: cultivemos sanas utopías,
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios