Editorial: Hambre en el mundo, superación de la injusticia que clama
Aún frente a los avances del conocimiento y los logros en la técnica y la tecnología, este modelo de avance -cuya injusticia clama al cielo- resiste en su pensamiento, dejando a millones de seres humanos ajeno de tales logros y extraños a sus beneficios.
Raimundo de Lima – Ciudad del Vaticano
El discurso pronunciado por el Papa Francisco el jueves (14/02) en Roma en la sede del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Nutrición (FAO) a la Junta de Gobernadores del Fondo fue esperado con enorme expectativa y seguido con particular atención. Desarrollo (FIDA), agencia de la ONU.
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Una ocasión de enorme interés para los participantes de la 42ª sesión de dicho Consejo y mucho más allí, del mismo modo esencial para el mismo Pontífice que, como es sabido, está muy preocupado por el tema de la pelea contra el apetito y las desigualdades sociales. Francisco ha querido llevar a esa sede en todo el mundo las angustias y pretensiones de la multitud de hermanos nuestros que padecen en el mundo, el lamento y las preocupaciones de los mucho más pequeños de la tierra.
Al describir la situación insuficiente en la que se encuentran, resaltó: “Viven en situaciones precarias: el aire viciado, los recursos naturales diezmados, los ríos contaminados, el suelo acidificado; no tienen bastante agua para ellos ni para sus cultivos; sus infraestructuras de salud son precarias, sus casas pocas y deficientes”.
Francisco añadió que estas realidades se extienden en el tiempo, cuando, por otra parte, la sociedad de la cual formamos parte alcanzó enormes logros en las áreas del conocimiento.
“Esto significa –apuntó– que nos encontramos frente a una sociedad que es con la capacidad de progresar en sus buenas intenciones, y que también va a ganar la batalla contra el apetito y la pobreza extrema si se lo ofrece con responsabilidad”.
También mencionó que para superar esta situación se precisa la ayuda de la comunidad internacional, de la sociedad civil y de quienes tienen elementos.
Sin entrar en más aspecto en el mencionado alegato, solo agregaría que el Beato Padre asimismo decía que resultaba paradójico que buena parte de los más de 820 miles de individuos que sufren apetito y desnutrición en el mundo vivan en áreas despobladas y se dediquen se ocupan de la producción de alimentos y buena parte son mujeres campesinas.
Sobre esto, cabe recordar que en el año 2000, en el momento en que el número de personas que padecían apetito en el mundo rondaba los 800 miles de individuos, se establecieron las llamadas misiones del milenio.
Los gobiernos de 191 países de todo el planeta le pidieron a la ONU que trabajara duro para reducir la pobreza a la mitad para 2015. La meta, como resultado, no se logró y después se incluyó en la Agenda 2030, y aún de esta manera, sigue siendo un misión lejana.
La economía mundial prosigue medrando, pero las desigualdades sociales y económicas persisten entre los países y dentro de ellos, la brecha entre ricos y pobres continúa ampliándose y la desigualdad de ingresos todavía es un desafío social y económico de nuestro tiempo.
Para que te hagas un concepto, un análisis de la organización no del gobierno británica Oxfam nos dice que los 8 hombres más ricos de todo el mundo tienen tanta riqueza como los 3.600 miles de individuos que componen la mitad mucho más pobre del mundo. O sea, 8 multimillonarios que juntos tienen mucho más dinero que la mitad mucho más pobre de todo el mundo.
Volviendo a la visita del Papa a la FAO el jueves, tras el citado alegato, Francisco dirigió un saludo a los empleados del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola. Tras darle las gracias su trabajo al servicio de una causa tan noble como la lucha contra el hambre y la pobreza extrema en el mundo, dijo que el día de hoy observamos una desaceleración en la reducción de la pobreza extrema y un aumento en la concentración de la riqueza en el mundo. manos de unos pocos. “Pocos tienen mucho y muchos tienen poco”. “Pocos tienen bastante y muchos tienen poco –repitió–, esa es la lógica de hoy”, enfatizó. “Varios no tienen comida y andan a la deriva, al paso que otros se ahogan en lo superfluo”, concluyó.
Ciertamente, aún frente a los adelantos del conocimiento y los logros en la técnica y la tecnología, este modelo de avance -cuya injusticia clama al cielo- resiste en su paradigma, dejando a millones de seres humanos ajeno de tales logros y ajenos a sus provecho.
A modo de conclusión, esta semana se presentó en un acto en Addis Abeba, la ciudad más importante etíope, un informe de ONU con datos estadísticos según los cuales 257 miles de individuos padecen apetito en África. Proporcionalmente, es más que un Brasil y una Argentina juntos de mujeres y hombres, niños y ancianos viviendo en situación de apetito, necesidad y miseria total.
En el momento en que la Iglesia, a través de sus pastores en todos los rincones de todo el mundo, a través del prominente magisterio del Sucesor de Pedro, levanta su voz en defensa de los pobres y oprimidos –que hoy en día significa también el migrante, el indígena, el negro, el víctimas de la trata de humanos y excluidos de la tierra en general–, no hace más que contestar al orden de Cristo, que vino al planeta “a fin de que tengan vida, y la tengan en abundancia”, intentando encontrar un planeta más fraterno , de solidaridad, justicia y paz, donde no falte el pan en la mesa de ninguno de los hijos de Dios.
Y esta es la misión de todos los bautizados, “acólitos misioneros de Jesucristo”, a fin de que en Él los pueblos –en todas las latitudes de todo el mundo– tengan vida.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Editorial: Hambre en el mundo, superación de la injusticia que clama
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
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