Domingo de la Sagrada Familia

Domingo de la Sagrada Familia
Domingo de la Sagrada Familia

¡Dios está entre nosotros! ¡Él lleva al Mesías, al Redentor, al Salvador de Israel y de todos los pueblos! ¡La esperanza se cumplió y él, Simeón, pudo partir en paz!
Padre César Augusto, SJ
La liturgia nos muestra a la familia como nido de capacitación para el cariño, donde ya se ama; en efecto, es el amor el que engendra la familia y nada más simbólico que el nombre hogar, donde el cariño, simbolizado por el fuego, en sus dimensiones, ¡está presente!
En la primera lectura, Eclesiástico 3, 3-7.14-17, vemos las consecuencias sobre los hijos que honran a sus padres: recogerán “bienes”, serán perdonados de los pecados e incluso evitarán cometerlos, van a ser escuchados en oración, van a tener alegría con sus propios hijos, van a tener una larga vida, serán ocasión de consuelo para sus padres, serán alabados por las virtudes que poseen. Y la segunda lectura, Colosenses 3, 12-21, sigue comentando de la relación que debe darse en el seno de la familia: clemencia honesta, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia y se fortalece el perdón recíproco, si es requisito.
Finalmente viene la recomendación del amor diciendo que “es el vínculo de la perfección”. Continuando, el Apóstol trae nuevas sugerencias como la amonestación sabiamente efectuada, la alabanza a Dios y la acción de gracias.
Inmediatamente antes del final de la perícopa, Pablo se dirige a mujeres, maridos y también hijos. A los primeros les sugiere solicitud; a los maridos, amor y delicadeza; a los hijos, la obediencia, acto de fe en la escucha de sus consejos y amonestaciones; Al mismo tiempo, pide a los progenitores que sepan hacer rectificaciónes para que sus hijos no se desanimen en el momento en que se sientan abochornados.
El Evangelio, extraído de Lucas 2, 39-40, cuenta la presentación de Jesús en el Templo y la purificación de la madre y el hijo. En los versículos 29 al 32 contamos la hermosa oración de Simeón, en el momento en que recibe al Niño Jesús en sus brazos y sabe que el futuro ahora está presente! ¡Dios está entre nosotros! ¡Él transporta al Mesías, al Redentor, al Salvador de Israel y de todos y cada uno de los pueblos! ¡La esperanza se cumplió y él, Simeón, pudo partir en paz! Si lleva al Niño Dios, ese Niño, el Verbo hecho carne, ha tenido la expectativa y la confirmó y, próximamente, va a ser el Niño quien lo llevará a la Casa del Padre. ¡Simeón lo sabe y se regocija! Sensación de felicidad pura y completa. Es allí donde continúa nuestro hogar cuando nuestra luz parpadea y consigue una fuerza excepcional para no extinguirse nunca. Entonces, con alegría, por el momento no vamos a tener luz propia, sino será la luz del Señor, y solo ella, la que nos iluminará, por todos los siglos de los siglos.
Concluyendo San Lucas nos dice que “El niño crecía y se hacía fuerte, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios se encontraba con él.” Y esto se llevó a cabo dentro de la vivienda familiar de José y María, donde Dios fue amado, respetado y alabado.
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios