Pon tu seguridad en el Señor, descansa tu corazón en Él y hallarás la contestación adecuada para tus decisiones.
Basta ahora de esta desesperación, el Señor ha acompañado vuestro padecimiento frente a las peleas que se han acentuado en los días.
Descansa ese corazón tuyo agotado en el Señor, da la vuelta el día de hoy, no pierdas mucho más tiempo.
Cuántas estupideces se hacen en el momento en que se está lejos de Dios y eso termina trayendo terribles secuelas.
Pídele perdón al Señor que te acoge como un Padre amoroso, no te condena sino que te ofrece la posibilidad de una vida novedosa.
Renuncia al miedo que te paraliza, que te ciega, este te ha quitado las fuerzas, llevándote a esta tristeza sin fin.
Llena tu corazón del Espíritu Santo, Él te va a dar audacia y sabiduría para seguir adelante y alcanzar los sueños de Dios para tu vida.
Nunca olvides eso, Dios me quiere y no estoy solo.
¡Si Dios es por nosotros quién contra nosotros!
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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