Dios te ama y el día de hoy quiere charlar a tu corazón.
Vuelve tu mirada a Dios, deja de mirar lo que te hizo padecer, a los que no te demostraron el cariño que aguardabas.
Si entendieras el amor de Dios por ti, dejarías de rogar por amor.
Calma tu corazón, deja que Jesús lave tu corazón con tus lágrimas, que estas en este momento sean lágrimas que sanen y purifiquen.
A veces aguardamos bastante de las personas y dejamos de esperar más de Dios, revirtiendo esto en nuestra vida Dios hace maravillas y nos hace ver cuánto necesitamos realmente dar amor a las personas que el día de hoy sufren por sus males y heridas internas.
Renuncia a todos y cada uno de los sentimientos de aislamiento, tristeza, angustia y pensamientos negativos de autodestrucción.
Ten en cuenta que nació el amor, es de este amor que tu vida precisa, es de Dios que todo cuanto tu vida, familia, trabajo, amigos necesita proviene.
Alégrate, la salvación te llegó, vino simple, pequeña pero sin limites en amor y misericordia.
Dios te ama, graba esto con el fuego del Espíritu Beato en tu alma y nunca mucho más tendrás fundamentos para ser infeliz.
Con Dios se puede, con Dios se vencerá.
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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