Confía en el Señor, celebra el obsequio de tu vida, eres un hermoso milagro del cielo.
Si bien todo desee decir lo opuesto sobre tu valor real y aún de esta manera llevarte al suelo por tus errores, no te desanimes y no te rindas a la tristeza.
Dios te cuida, te quiere y conoce tus luchas y el deseo mucho más profundo de tu corazón de ser feliz.
Los proyectos que no salieron bien, las puertas que se cerraron en el sendero nunca han de ser una eterna sentencia de infelicidad para ti.
Dios te ha librado de muchas cosas malas, enfréntalo con los ojos de la fe y mira el precaución de un Padre que ama y resguarda a sus hijos.
Siempre es tiempo de volver a empezar en Dios, naciste para la victoria, jamás lo olvides.
Dios te quiere, aprende a iniciar de nuevo con Dios, nada es imposible para Él que siempre y en todo momento tiene lo destacado para darte.
Levántate, seca las lágrimas de mal y tristeza y sal al acercamiento del mejor y mucho más particular abrazo que es el de Dios, Él pone varios brazos junto a ti para guiarte también.
No andas solo, siente la presencia de Dios cuidándote en las pequeñas cosas, siente la despacio brisa del Espíritu Beato trayendo lo más reciente de Dios.
¡Dios sabe lo que hace! ¡Dios proveerá!
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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