Nací en una familia católica y crecí participando activamente en las celebraciones de la comunidad donde vivía, en el interior de Bahía. De adulto, y viviendo en São Paulo, debido a la retinitis pigmentosa (una enfermedad degenerante progresiva de la retina), me transformé en una persona con discapacidad visual, primero con baja visión y, consecuentemente, ciega. En el momento en que me mudé con mi familia (mujer y también hijos) a São Caetano do Sul, comenzamos a participar de las misas y grupos de oración en la Paróquia Nossa Senhora Aparecida, y tiempo después nos dispusimos a ser parte de la pastoral de bautismo, volviendo de esta manera, a ser parte activa de una red social parroquial, donde actuamos como catequistas de padres y padrinos, y asimismo como organizadores pastorales. Más tarde, asimismo me uní al equipo de liturgia, donde con el apoyo de la tecnología de asistencia libre en mi teléfono celular, leo en la misa dominical y también sirvo, como todos feligrés, realizando trabajos a lo largo de las festividades en beneficio de la red social. 2017, tuve la oportunidad de formar parte de una misa con audio descripción, a lo largo del tradicional acercamiento del Obispo con la Juventud. Increíble experiencia, donde pude recibir información sobre los minuciosos datos del rito, que comunmente, en sepa del recurso, se vuelven imperceptibles, pero que marcan la diferencia.
Si bien muchas personas no entienden la buena relación entre discapacidad y calidad de vida, que puede ofrecer la impresión de que hay una barrera o dificultad, fue a la luz de la fe que pude entender que Dios siempre nos ofrece una opción alternativa que hace que nuestra vida sea menos difícil. No obstante, es dependiente de nosotros tomar verdaderamente de esta fuente, haciendo que todo sea realmente mucho más fácil.
Aprovechemos esta fecha para reflexionar sobre la receptividad de las personas con discapacidad en nuestras comunidades y hogares, para que todos sean adecuadamente acogidos y puedan ofrecer su servicio, sin la necesidad de combatir prejuicios por carecer de conocimiento e información.
Y que por la intercesión de Santa Luzia, tengamos una diócesis poco a poco más inclusiva La coordinadora de la persona con discapacidad visual del Campo de Inclusión de la Diócesis, Rosilene Pova, agrega asimismo que los días conmemorativos son momentos únicos para repensar y actuar en busca de una sociedad que considere a todos y cada uno de los sujetos como protagonistas de su crónica.
“Ahora mismo, en Brasil, estamos perdiendo derechos educativos, laborales y sociales. Por este motivo, la actuación y sensibilización de las personas con discapacidad es de máxima importancia. Aquí destaco las acciones y responsabilidades de la educación, sean instituciones públicas o privadas. Pienso que es hora de combatir. R. La igualdad social es responsabilidad de todos. Desde mi experiencia, cito mi profesión de enseñante. Actuando como educador, soy el protagonista de mis acciones y, al mismo tiempo, mis estudiantes ganan visibilidad”.
* Artículo de Sidnei Silvestre da Silva.Rosilene Pova colaboró.