Día 3: “Id y haced discípulos míos todos

Vila Vieja (ES) – “Pasaron las tinieblas y triunfó el sol”, fue el canto entonado por la iglesia al inicio de la celebración de la tercera novena de Pentecostés.

La misa del tercer día, conmemorada a las 19 horas, fue presidida por fray Germano Guesser.

Fray Germano es el presente párroco y guardián de la Fraternidad Franciscana en la Paróquia Santurrón Antônio do Pari, en la ciudad más importante de São Paulo.

Ese domingo, en el momento en que se celebra en todo el mundo el Día de las Comunicaciones Sociales, alentada por el misterio de la Ascensión, la red social reunida festejó recordando la Palabra de Cristo: “Id y haced discípulos a todos mis pueblos”.

Saludando a la red social y después dando la bienvenida al presidente de la celebración, fray Djalmo valoró la existencia de fray Germano, recordando que este cohermano ya había sido marcado por la gente de Espírito Santo, en los años 93 y 94, en el momento en que trabajaba en la Paróquia Nossa Senhora do Rosário, a lo largo de sus primeros un par de años de ministerio ordenado.

Aun cerca de las fiestas de Beato Antônio, fray Germano nos obsequió la gracia de su persona en este momento tan profundo de nuestra comunidad.

En las propuestas para cada día de la Novena, hay una oración especial.

El día de hoy, nuestros ojos y frases están liderados a nuestros abuelos.

Esa noche, la comunidad recordó a todos y cada uno de los abuelos, vivos y difuntos.

Los abuelos, hoy en día, asumen la enorme compromiso de educar a sus nietos, dada la verdad de sus hijos, ha dicho el comentarista, reconociendo la gran importancia de los abuelos en este desarrollo.

Y en esta procesión entró la tercera vela de Pentecostés.

Esta llama estuvo en manos de una pareja de abuelos, acompañados de sus respectivos nietos.

Continuando con la celebración, se invitó a la comunidad reunida a recordar todo el padecimiento que hombres y mujeres aún son capaces de cometer contra los jubilados en el acto penitencial.

Dentro de la liturgia de este domingo, en la que la Iglesia se reúne en torno al misterio de la Ascensión, fray Germano recordó a san Bernardino de Siena, diciendo: “un alegato ha de ser bueno, corto y claro”, comentando de sí mismo y sugiriendo una reflexión en estos términos.

Y de este modo continuó su homilía.

“El aviso del Evangelio es nuestra misión”, ha dicho, recordando el “id y haced discípulos a todos y cada uno de los pueblos”, dicho por Jesús.

Una misión, según fray Germano, dada por Jesús a los suyos antes de terminar su misión terrena.

La misión del católico tiene como punto de partida Galilea, el sitio donde los acólitos vieron a Jesús calmando los distintos sufrimientos del pueblo.

Los discípulos continuarán lo que comenzó Jesús, recordó el predicador.

Los discípulos siguen la misión iniciada por Él, no sólo con una doctrina, mucho más que eso, una misión de “calmar el padecimiento”, como lo hizo Jesús.

“La misión dada tiene la garantía del acompañamiento de Cristo.

‘Hete aquí, yo estoy con nosotros hasta el objetivo de los tiempos’.

Jesús continúa con nosotros.

Su Ascensión no es una fácil ruptura, un retiro, sino más bien un nuevo estado de su presencia.

La convivencia será precisamente diferente, pero su presencia estará marcada por signos.

Por la acción y el poder del Espíritu Beato.

Hasta el día de hoy, la existencia de Cristo está garantizada por el poder que viene de lo alto, del Espíritu Santo.

La vida de la red social ha de estar marcada por esta fuerza”, exhortó el predicador.

Comentando del secreto de la Ascensión, ha dicho: “La Ascensión de Cristo es nuestra participación en la gloria, en la divinidad.

El cielo es el sitio donde se experimenta el cariño de Dios.

No es un espacio físico, sino una experiencia.

Solo conociendo y disfrutando el misterio que hay en Cristo experimentaremos la divinidad de Dios.

El fin de la raza humana no es el cementerio, la tumba.

Pero Dios mismo.

Él es nuestro punto final”.

En lo que se refiere a la oración hecha a los abuelos, fray Germano recordó las expresiones del Papa Francisco, en el momento en que ha dicho: “el pueblo que no respeta a los abuelos es un pueblo sin memoria”.

Asimismo destacó el papel de los abuelos en la educación de sus nietos.

Bienaventuradas las familias que tienen cerca a los abuelos, porque a través de ellos la transmisión de la fe es como una herencia recibida.

Los monjes allí presentes invocaron una bendición especial para los abuelos, por intercesión de Santa Ana y São Joaquim.

Hubo un instante notable tras el Rito Eucarístico.

El comentarista que animó la liturgia anticipó este instante diciendo: “El Espíritu Beato extendió su fuego llameante entre los acólitos.

El día de hoy, Jesús hace una cita con cada uno de nosotros.

Y es de este acercamiento que disponemos la fuerza para comunicar la Buena Noticia”.

Unos jóvenes, todos ellos vestidos de personaje, representaban a los marginados de nuestra sociedad.

En este punto, la reunión recordó el poder del Espíritu Santo y lo que es posible lograr cuando es movido por el Espíritu Santo.

En este sentido, los jóvenes, en un lapso de tiempo, armaron una enorme frase, que trajo un alegato del Papa Francisco: “No deseo una Iglesia tranquila, deseo una Iglesia misionera”.

Al agradecer a Frei Germano, la comunidad le obsequió con una buena botella de vino.

Fray Djalmo, muy complacido y contento por el avance de la fiesta, tanto en celebraciones como en festividades, invitó al pueblo al día siguiente de la Novena.

Haciendo uso de la palabra, logró propaganda de las mermeladas de cajá, valorando el servicio de Fray Clarence, quien todos los días por la mañana, aun antes de las celebraciones, las recoge del suelo.

A puntito de acabar este tercer día de la Novena, Fray Djalmo presentó parcialmente la Comunicación Pastoral (PASCOM) de la Parroquia Nossa Senhora do Rosário.

Un ministerio que va naciendo de a poco y que dentro de unos días se va a ir afianzando y afianzando en su totalidad, sin embargo, ahora trabajan en las posibilidades.Fr.

Nazareno invocó la bendición sobre las medallas y, utilizando el momento , logró una convidación vocacional a los jóvenes.

En esta fiesta fray Nazareno preparó un espacio vocacional donde los jóvenes pudieran comprender un poco más de la vida franciscana y quién sabe de qué manera comenzar una experiencia como religioso franciscano.

Luego de la bella celebración, la multitud feliz se dirigió a la tradicional feria.

De esta forma terminó el tercer día de la Novena de Pentecostés.

“La Ascensión de Cristo es ya nuestra victoria y nuestra esperanza” (Oración del día).

PASCOM, Parroquia del Rosario