Confía en Dios y en su divina providencia, Él protege de ti.
Renuncia a toda angustia y miedo a lo que está por venir, vive el día de hoy, con serenidad y seguridad, haciendo lo que es tu misión.
Entrégate a los brazos del Señor y en Él hallarás tu paz.
No padezcas anticipadamente, ni intentes conseguir cosas que nunca existirán, sé en Dios una persona de Fe que planta y deja que Dios siegue, que ora y ahora alaba por la felicidad que va a venir.
Si el día de hoy estás angustiado por el hecho de que has perdido una relación, trabajo, posesiones materiales u otras cosas, no te desesperes, no pierdas la fe.
Dios te ha sostenido hasta este día y te sustentará hasta la eternidad.
Dios te ama y tiene tu vida en sus manos.
Luchad por lo verdaderamente necesario, sed fieles a lo que os fué confiado, siempre con Dios en el centro de todo.
Busca primero a Dios y su justicia y jamás vas a ser defraudado.
Los que confían en el Señor son como montañas de Sión que no se conmueven, sino continúan para siempre.
Ve a la lucha con la fuerza de Dios, busca ayuda, no te quedes inmovil y piérdete en tus pensamientos e imaginación.
Dejad que el Espíritu Santurrón les ilumine y les guíe siempre y en todo momento en la Santa voluntad del Señor.
¡Dios provee, Dios proveerá y su misericordia jamás fallará!
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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