Cuarto Domingo de Adviento – San Lucas 1, 26-38 – Día 20

Cuarto Domingo de Adviento – San Lucas 1, 26-38 – Día 20

Cuarto Domingo de Adviento – San Lucas 1, 26-38 – 20 de diciembre de 2020

Ángelus (La Trinidad)

“26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una localidad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen casada con un varón que se llamaba José, de la casa de David y el nombre de la virgen era María. 28. Entrando, el ángel le ha dicho: “Salve, llena eres de felicidad, el Señor está contigo”. 29. Ella se inquietó por estas expresiones y pensó en lo que significaría tal saludo. 30. El ángel le ha dicho: “No temas, María, por el hecho de que has hallado felicidad enfrente de Dios. 31. Hete aquí, concebirás y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. 32. Va a ser grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para toda la vida,* 33. y su reino no va a tener fin.” 34. María le preguntó al ángel: “¿De qué manera se puede hacer esto, si no conozco varón?” 35. El ángel respondió: «El Espíritu Beato va a venir sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por tanto, lo beato que debe de nacer de nosotros va a ser llamado Hijo de Dios. 36. También Elisabet, tu pariente, ella misma concibió un hijo en su vejez; y la que se tiene por estéril ya está en el sexto mes, 37. pues para Dios nada es realmente difícil”. 38. Entonces María ha dicho: “Hete aquí, yo soy la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel se separó de ella.” Fuente – Biblia Católica en Línea

“El Señor está con nosotros, como estuvo con María de Nazaret. Uniéndonos al sí obediente de la Virgen llena de felicidad, contemplemos el misterio de la encarnación de Jesús. El nacimiento de Cristo, que estamos a punto de celebrar, actúa en las personas y comunidades que acogen la Buena Novedad anunciada por los mensajeros de Dios”. (Liturgia día tras día)

El Padre Nilo Luza dijo que: “María, confiando en la palabra del Señor y negándose a razonar sobre las posibilidades humanas, entrega su voluntad a Dios y se deja conducir por la acción del Espíritu Santo. Es rendirse a una causa que sobrepasa la comprensión humana. José, varón justo -por el hecho de que acertado, piadoso y de conformidad con la intención de Dios-, no queriendo denunciar públicamente a María, renuncia a sus derechos legales y la acepta como esposa y a Jesús como hijo, dándole el nombre y estirpe de David. Creyendo en el ángel y acogiendo con amor la iniciativa del Señor, recibe a María y asistencia de este modo al emprendimiento divino”.

El Papa emérito Benedicto XVI explicó: “A la Virgen María, que acogió al Hijo de Dios hecho hombre con su fe, con el seno de su madre, con cariño, con acompañamiento solidario y vibrante de amor, encomendamos la oración y el deber en pos de la naciente vida. Lo hacemos en la liturgia -que es el sitio donde vivimos la verdad y donde la verdad vive con nosotros- adorando la divina Eucaristía, en la que contemplamos el Cuerpo de Cristo, ese Cuerpo que se encarnó en María por obra de la el Espíritu Santo, y de ella nacida en Belén, para nuestra salvación. ¡Ave, verum Corpus, natum de Maria Virgine! Amén”.

“En su plan de salvación, Dios lo había listo todo para la venida de Juan el Bautista. En este momento adelanta la encarnación del mismo Hijo. Elige a María, una muchacha de Nazaret, para ser la madre de Jesús, nombre que significa “Dios salva”. Al lado de María, Dios pone a “un varón llamado José, de la casa de David”. No va a ser el padre físico de Jesús. La concepción será una obra prodigiosa del Espíritu de Dios”. (Día a Día – Ed. Paulus)

Conclusión: (San Luis M. Grignion de Monfort)

“Desde el instante en que Dios vino al mundo, por vez primera, en humildad y inadvertido por María, es imposible decir que por María asimismo va a venir la segunda vez para reinar sobre todos, como la Iglesia espera, y para juzgar a los vivos y a los fallecidos?

Oración: (Prefacio)

PIE: En efecto, es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Señor, Padre santurrón, Dios eterno y todopoderoso. Te alabamos, bendecimos y glorificamos por el misterio de la Virgen María, Madre de Dios. La desgracia nos vino del viejo contrincante, pero del seno virginal de la Hija de Sión germinó el que nos alimenta con el pan del cielo y garantiza la salvación y la paz para todo el género humano. En María se nos devuelve la gracia que habíamos perdido por Eva. En María, madre de todos los humanos, la maternidad, libre de pecado y de muerte, se abre a una vida novedosa. Si grande fue nuestra culpa, mucho mayor es la clemencia divina en Jesucristo, nuestro salvador. De ahí que, mientras que esperamos tu llegada, unidos a los ángeles y a todos y cada uno de los beatos, llenos de esperanza y de alegría, te alabamos, subiendo (diciendo) a solo una voz…

Jane Amábile – Con. Divino Espíritu Santo

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Esperamos que le gustara nuestro articulo Cuarto Domingo de Adviento – San Lucas 1, 26-38 – Día 20
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios