Les dejo la paz, os doy mi paz.
Que la paz de Dios continúe en tu corazón y os dé la tranquilidad necesaria.
Confía en la misericordia del Señor y tranquiliza tu corazón.
Nada ni nadie es más grande que el amor y el poder de Dios.
Si bien las adversidades estén llamando a tu puerta, que las tentaciones, los malos pensamientos estén deseando empujarte al mal, aprovéchate de la fuerza de Dios que viene a rescatarte.
Que los ángeles de Dios estén entre vosotros y el mal para protegeros.
Que los ángeles estén entre tu familia y el mal para pelear y librarte de todos los males.
Entre vosotros y todo deseo de llevar a cabo lo malo, el Señor les está alejando del pecado.
Siéntete acogido y custodiado, no eres alguien descuidado y olvidado.
Eres amado y hermoso a los ojos del Señor.
Ten por seguramente Dios es fiel y su misericordia se extenderá día y noche sobre tu vida.
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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