RELIGION CRISTIANA

¿Cómo reconciliar fe y razón? El cristiano busca

La relación entre fe y razón ha sido señalada en los discursos del Magisterio católico1. Como escribe San Juan Pablo II: “La fe y la razón (Fides et Ratio) son como 2 alas sobre las que se eleva el espíritu humano para contemplar la realidad. Fue Dios quien puso en el corazón del hombre el deseo de saber la verdad y, en último término, de conocerlo a Él, a fin de que, conociéndolo y amándolo, yo alcance también la realidad plena sobre mí mismo”2.

El cristiano busca la verdad en la relación dialogante de la fe y la razón, lo que exige un mayor diálogo interdisciplinario. Como asegura San Juan Pablo II: “es ilusorio meditar que la fe tendría mucho más penetración si se enfrentara sólo a una razón débil; por contra, en tal caso se correría el grave riesgo de quedar achicado a un mito oa una superstición. De igual forma, una razón que no se topa con una fe adulta no se sentiría estimulada a fijar su mirada en la novedad y aradicalidad del ser.”3

La Iglesia nos enseña que, si bien la fe supera a la razón, “nunca probablemente halla contradicción entre la fe y la ciencia, pues las dos tienen su origen en Dios”4. Es exactamente el mismo Dios quien da al hombre la luz de la razón y la luz de la razón. luz de la fe. “Opinar para comprender; comprender para opinar” (San Agustín). San Juan Pablo II se refirió al aporte que uno podría ofrecer al otro: “La ciencia puede purificar la religión del fallo y la superstición; la religión puede purificar la ciencia de la idolatría y los falsos absolutos. Cada uno puede ingresar al otro en un planeta más extenso, un mundo en el que los dos puedan florecer.”5

Imagen ilustrativa: Larissa Ferreira/cancaonova.com

Aún de este modo, “la verdad no contraría la realidad”. El objetivo último de la presencia humana es objeto de estudio tanto de la filosofía (razón) como de la teología (fe). Si bien con métodos y epistemologías diferentes, ambos señalan al “camino de vida” (Sal 16, 11)6 que, como profesamos por la fe, tiene su fin último en el gozo pleno y duradero de la contemplación de Dios Uno y Trino .

¿Son la fe y la razón campos opuestos?

No podemos considerar la fe y la razón como dos campos opuestos, las dos han de ser humildes en reconocer sus límites y entender de dónde debe partir cada una y hasta dónde puede llegar. Significa que hay un paso a nivel entre lo teorético (datos de la razón) y la fe misma. Ante esto, ahora es obvio que la razón puede ser un subsidio hermoso, pero nunca un reemplazo del discurso teológico. En realidad, la fe y la razón son campos en los que la Verdad (Dios) se manifiesta, se revela.

Consideremos dos aspectos del hombre: un ser que busca la realidad y, al mismo tiempo, un ser que busca lo trascendente. Todo hombre busca la realidad, una verdad última, que da sentido a su vida y, al mismo tiempo, busca el sentido último de su vida en la apertura a lo trascendente. “A la luz de estas profundas demandas, inscritas por Dios en la naturaleza humana, se aclara también el sentido humano y humanizador de la palabra de Dios. Gracias a la mediación de una filosofía que se ha convertido asimismo en verídica sabiduría, el hombre contemporáneo llegará a admitir que será tanto más humano cuanto más se abra a Cristo, creyendo en el Evangelio”. 7

Fe y razón juntas

A lo largo de varios siglos, la Iglesia tomó la delantera en la investigación científica. Varios frailes y clérigos también se dedicaron a las diversas ciencias. La búsqueda de conquistas científicas fué siempre y en todo momento para la Iglesia un camino para llegar a la verdad de Dios. En el siglo XIII, Alberto Magno impulsó la investigación mineralógica. En 1543, el clérigo Nicolás Copérnico, en su De revolutionibus orbium coelestium (Sobre las revoluciones de las esferas celestes), redescubrió el heliocentrismo. A mediados del siglo XIX, el monje Gregor Mendel formuló las leyes de la herencia genética.

Grandes eruditos como Pascal, Ampère, Pasteur y Eduardo Branly profesaron la fe católica. Albert Einstein, autor de la teoría de la relatividad, dijo que “la religión sin ciencia sería ciega, y la ciencia sin religión sería coja”. Newton aseveró que «hay un ser inteligente y poderoso, que gobierna todas y cada una de las cosas, no como el alma de todo el mundo, sino más bien como el Señor del Universo, y, debido a su dominio, se llama Señor Dios, Pantocrátor».

El célebre Premio Nobel alemán Werner K. Heisenberg, uno de los principales desarolladores de la Mecánica Cuántica, en La capital de españa (1969), aseveró: “Pienso que Dios existe y que todo procede de Él. El orden y la armonía de las partículas atómicas debe existir sido impuesto por alguien”.

Ánimo de la iglesia

La Academia Pontificia de las Ciencias, con origen en el Vaticano, fomenta el progreso en las matemáticas, la física y las ciencias y da testimonio de la complementariedad entre la fe y la razón cuando en las dos hay honestidad intelectual. La razón está al servicio de la fe, puesto que la fe es para la Razón divina y no puede ser monopolizada ni subyugada por la razón humana en su integridad. La fe no solo es interpelada por la razón, sino que interpela, tiene dentro y mide la razón humana desde una Razón superior. (…) la razón tiene su espacio peculiar que le deja investigar y entender, sin estar limitada por solamente que su finitud frente al secreto infinito de Dios.8

También consideramos las obras del Observatorio Astronómico Vaticano, que tienen autoridad mundial. La Iglesia incentiva e incluso financia la investigación filológica y arqueológica de las fuentes bíblicas y científicas; con eso, valora la verdad famosa mediante la razón.

Lea mas:::Especial – Biblia::Los tres tipos de oración::La familia, ¿cómo te encuentras?::Descarga la aplicación Canção Nova y ingresa a todos y cada uno de los contenidos del portal cancaonova.com

Prejuicio

La Iglesia, que siempre y en todo momento ha acogido a científicos y pensadores, con frecuencia se presenta como uno de los primeros opositores de la ciencia moderna. No negamos que la Iglesia, en su crónica, tuvo dificultades para admitir algunos logros científicos en nombre de la fe profesada hasta entonces y, por este motivo, muchos investigadores fueron perseguidos. No obstante, lo que hay hoy son algunos prejuicios de varias personas de fe en relación con la razón y de varias personas de ciencia en relación con la fe. La Iglesia no está en contra de buscar la realidad. La cuestión es cuándo, para alcanzar la realidad, se emplean medios contrarios a la vida, y cuándo los fines logrados no se usan para la promoción de la vida humana.

Por consiguiente, la vida cristiana, si se desarrolla adecuadamente a partir de fuentes teológicas con un fundamento racional, es con la capacidad de dar contribuciones seguras a las cuestiones de fe que se sugieren actualmente. La razón sin fe se depaupera, se estrecha y, finalmente, la Iglesia queda profundamente persuadida de que la fe y la razón se asisten mutuamente, ejercitando, en beneficio propio, la función a la vez de discernimiento crítico y purificador, y de estímulo para avanzar en la investigación ulterior. 9 La vida cristiana es la posibilidad que tiene la fe de hacerse congruente, concreta y comprometida con la persona humana.

Diálogo entre la fe y la razón

Es en la relación de diálogo entre razón y fe donde se plantean razonamientos válidos para responder a las pretensiones de todo el mundo actual. Es importante entender que un diálogo entre la fe y la razón no contradice los principios religiosos.

La fe y la razón no son magnitudes contradictorias, por el hecho de que, como afirma Tomás de Aquino, tanto la luz de la razón como la luz de la fe proceden de Dios. Si hubiese contradicciones, el mismo Dios, comprendido como Razón autora, sería también contradictorio. “La cabeza del hombre traza su camino, pero el Señor dirige sus pasos” (Proverbios 16:9).

Referencias:

1 Cfr. JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, Paulinas, São Paulo 2010. 2 JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, Paulinas, São Paulo 2010, (Introducción). 3 JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, Paulinas, São Paulo 2010, n 48. 4 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, n. 159. 5 CARTA A GEORGE COYNE, M13. Mencionado por JÓZEF MIROSLAW ZYCINSKI el 19 de mayo de 2005 6 JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, Paulinas, São Paulo 2010, n. 15. 7 JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, Paulinas, São Paulo 2010, n. 102. 8 Cfr. JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, Paulinas, São Paulo 2010, n 14. 9 Cf. JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, Paulinas, São Paulo 2010.

Padre Mario Marcelo, scj

Maestro en zootecnia por la Facultad Federal de Lavras (MG), el Padre Mário asimismo es licenciado en Filosofía por la Fundación Educacional de Brusque (SC) y licenciado en Teología por la PUC-RJ. Máster de Teología Práctica por el Centro Universitario Assunção (SP). Doctor en Teología Moral por la Academia Alfonsiana de Roma/Italia. El sacerdote es creador y asesor en el área de Bioética y Teología Ética; además de ser instructor de la Faculdade Dehoniana en Taubaté (SP). Miembro de la Sociedad Brasileña de Teología Ética y de la Sociedad Brasileña de Bioética. Miembro del Conjunto Interdisciplinario de Especialistas (GIP) de la Comisión Pastoral Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB). Autor de libros publicados por la Editora Canção Nova.

Botón volver arriba
Cerrar

Bloqueador de anuncios detectado

¡Considere apoyarnos desactivando su bloqueador de anuncios!