Como el Papa Francisco definió la Cuaresma: un “viaje de

Como el Papa Francisco definió la Cuaresma: un “viaje de
En 2021, en el punto culminante de la pandemia, Francisco pronunció una de sus homilías mucho más memorables: “Es hora de hallar el sendero de regreso a casa” El Papa Francisco definió la Cuaresma como un “viaje de regreso a Dios”, durante entre las homilías mucho más memorables de su pontificado. En la mañana del 17 de febrero…
En 2021, en el punto culminante de la pandemia, Francisco pronunció una de sus homilías más memorables: “Es hora de encontrar el camino de regreso a casa”
El Papa Francisco definió la Cuaresma como un “viaje de regreso a Dios”, a lo largo de una de las homilías más recordables de su pontificado. En la mañana del 17 de febrero de 2021, en plena pandemia de covid-19, encabezó la Santa Misa del Miércoles de Ceniza en la Basílica de San Pedro, dando inicio al mismo tiempo litúrgico de Cuaresma, y resumió:
“La Cuaresma es un viaje que implica toda nuestra vida, todo de nosotros. Es hora de comprobar los caminos que nos encontramos recorriendo, de localizar el camino que nos lleve de vuelta a casa; descubrir de nuevo el vínculo fundamental con Dios, del que todo depende”.
Y resaltó:
“Dios hace un llamamiento a nuestros corazones. En la vida siempre vamos a tener cosas que llevar a cabo y excusas que poner, pero en este momento es el instante de volver a Dios”.
El Papa exhortó a los leales, por tanto, a discernir “hacia dónde se dirige el corazón”. Y ha propuesto:
“Tratemos de entender: ¿adónde me transporta el ‘navegante’ de mi vida, a Dios oa mí mismo? ¿Vivo para agradar al Señor o para ser notado, alabado, favorito? ¿Tengo un corazón que baila, que da un paso adelante y otro atrás, amando ahora al Señor, en este momento al mundo, o un corazón estable en Dios? ¿Me siento bien con mis hipocresías o lucho por dejar en libertad el corazón de las simulaciones y falsedades que lo sostienen preso?”.
La Cuaresma es un viaje de regreso a Dios y su perdón.
Vale la pena recordar lo que añadió el Papa en esta inspirada homilía de febrero de 2021, un momento muy duro para la raza humana, fuertemente golpeada por la pandemia del coronavirus:
“El camino de Cuaresma es un éxodo de la esclavitud a la independencia. Son 40 días que recuerdan los cuarenta años en los que el pueblo de Dios caminó por el desierto para regresar a su patria. ¡Pero qué bien difícil fue salir de Egipto! En el camino, en sus lamentos, siempre eran tentados por las cebollas, tentados a volver atrás, atrapados por los recuerdos del pasado, por cualquier ídolo. A nosotros nos pasa lo mismo: el sendero de regreso a Dios se dificulta por nuestros apegos malsanos, impedido por los nudos seductores de las adicciones, por la falsa seguridad del dinero y la ostentación, por el lloriqueo que nos paraliza. Para caminar, requerimos desenmascarar estas ilusiones”.
Francisco mentó la parábola del hijo pródigo para remarcar que “es hora de volver al Padre”. Él equiparó:
“Como ese hijo, asimismo nosotros olvidamos el aire de casa, derrochamos recursos hermosos a cambio de cosas sin valor y nos quedamos con las manos vacías y el corazón insatisfecho. Nos caemos: somos pequeños que caen continuamente, somos como pequeños pequeños que procuran caminar pero caen al suelo, siempre necesitando que su papá los levante. Es el perdón del Padre lo que nos pone siempre y en todo momento parado: el perdón de Dios, la Confesión, es el primer paso de nuestro sendero de regreso. Sugiero a los confesores: ser como el padre; no con el látigo, sino con el abrazo.”
Volver al Padre, Jesús y el Espíritu Santurrón
El Papa también invitó:
“Asimismo nosotros requerimos volver a Jesús, realizar como aquel leproso curado que volvió para darle las gracias. Asimismo nos encontramos llamados a volver al Espíritu Beato. Las cenizas en la cabeza nos recuerdan que somos polvo y al polvo volveremos.”
Volver a Dios no depende solo de nuestras capacidades, añadió Francisco, sino más bien de la felicidad del mismo Dios, que tenemos que admitir.
“El principio de volver a Dios es reconocernos necesitados de Él, necesitados de clemencia. Este es el sendero acertado: el sendero de la humildad”.
la misericordia nos espera
Francisco concluyó:
“El día de hoy inclinamos la cabeza para recibir las cenizas. En el momento en que termine la Cuaresma, nos inclinaremos aún mucho más para lavar los pies de los hermanos. La Cuaresma es un descenso humilde dentro de nosotros mismos y hacia el resto. Es entender que la salvación no es una subida a la gloria, sino más bien un descenso por amor. Es volverse humilde.
En este camino, para no perder el rumbo, pongámonos frente a la cruz de Jesús: es la silla silenciosa de Dios. Contemplemos sus lesiones cada día. En sus llagas reconozcamos nuestro vacío, nuestras faltas, las llagas del pecado, los golpes que nos hicieron sufrir. Allí observamos que Dios no nos señala con el dedo, sino que nos abre los brazos. Sus lesiones están abiertas para nosotros y por esas heridas somos sanados.
Dios nos espera con su infinita clemencia. Porque donde somos más atacables, donde estamos más abochornados, Él vino a nuestro encuentro. Y ahora nos invita a regresar a él, a hallar nuevamente la alegría de ser amados”.
Fuente: Aleteia
Pío
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Como el Papa Francisco definió la Cuaresma: un “viaje de
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Cosas interesantes de saber el significado : Biblia