Cómo desarrollar la espiritualidad en tu vida cotidiana

Cómo desarrollar la espiritualidad en tu vida cotidiana

Cuidar la vida interior es la mejor solución para la mayor parte de nuestros males Hemos llevado el hedonismo, el consumismo y el individualismo de nuestra cultura a un nivel tan preocupante que, si no hacemos inviable la raza humana para la experiencia de la interioridad, la convivencia y la solidaridad, cuando menos por lo menos nos producen consecuencias graves. Es por eso que,…

Cuidar nuestra vida interior es la mejor solución para la mayoría de nuestros males.

Hemos llevado el hedonismo, el consumismo y el individualismo de nuestra cultura a un nivel tan preocupante que, si no hacemos imposible que la humanidad experimente la interioridad, la convivencia y la solidaridad, por lo menos produciremos graves secuelas.

De ahí que, en una sociedad habituada a practicar la exclusión, la opresión y la explotación, insensible a la miseria de millones, la transformación debe ir acompañada de un enorme despertar espiritual.

Al final de cuenta, cuando cultivamos nuestra vida interior y estrechamos nuestros lazos de intimidad con lo sagrado -en la situacion de los cristianos, con Dios- somos capaces de aumentar nuestra sensación de confort, afrontar con valentía y valentía las adversidades, desarrollarnos más humanos y las relaciones empáticas, mejoran el autocontrol y nos fortalecen en todos y cada uno de los sentidos. En resumen, las personas espiritualizadas suelen ser buenas para la vida popular y la prosperidad de la civilización.

templos de dios

Somos templos de Dios, debemos ser conscientes de que la espiritualidad pide congruencia, siendo “fundamental achicar la distancia entre lo que dicen y lo que se hace, de tal manera que, en un momento dado, el discurso se convierta en práctica”, según nos enseñó el gran educador, Paulo Freire.

Por lo tanto, para llevar una vida llena de lo divino, primero debemos establecernos con una manera de pensar y actuar que honre nuestros principios espirituales, ya que el cariño es el más fundamental de ellos.

Comprender el cariño como una forma de realización espiritual es invertir en un profundo poder de transformación, ya que la práctica amorosa une y conecta todas las vidas. A través de ella, podemos presenciar y festejar lo sagrado diario en su expresión máxima.

la vida en su totalidad

De hecho, es a través del amor que experimentamos la vida en su totalidad y, como bien expresa el escritor Thomas Merton, “no nos hacemos plenamente humanos hasta el momento en que nos entregamos los unos a los otros en el cariño”.

Evidentemente, hablar de prácticas amorosas y de espiritualidad en el mundo de hoy semeja bien difícil, por no decir forzado. Pero, ciertamente, cuidar nuestra vida interior es la mejor solución para la mayor parte de nuestros males. Y, si podemos aspirar a revivir nuestra cultura para una experiencia transformadora, lejos de lo que conocimos hasta la actualidad, y mucho más cerca de una realización trascendental, que vibre en comunión, es insertando la espiritualidad en nuestra vida cotidiana.

Los caminos son bastantes. Las religiones y las filosofías, en general, ofrecen múltiples herramientas para el desarrollo espiritual. En este viaje, más allá del sendero que decidamos continuar, algunos hábitos siempre y en todo momento son útiles, como: la escucha activa; cultivar buenas relaciones; sostener la cercanía a la naturaleza; orar o meditar; practicar la caridad.

Otros elementos

Con la oración o la meditación, por servirnos de un ejemplo, encontramos en el silencio una ocasión de percibir nuestra voz interior, esto es, de estar comunicados con lo más profundo y sagrado para nosotros: Dios. En los dos casos, establecemos una conexión intensa y reveladora con nosotros y con el planeta que nos rodea. En estos instantes es atrayente buscar un lugar tranquilo y cómodo, poner música instrumental despacio, cerrar los ojos y escuchar lo que tu corazón te va anunciando en voz baja.

Otros tres elementos fundamentales para el desarrollo de la espiritualidad son:

Perdón: perdonar significa decir que reconoces en el otro la fragilidad que hay en ti. Pero primero es necesario aprender a perdonarse a uno mismo. El que no se excusa a sí mismo llena su alma de amargura; ignora la debilidad humana que hay en ti. Por lo tanto, es bien difícil perdonar al otro. Perdonar y perdonarse a uno mismo son actitudes capaces;

Gratitud: ser complacido es una forma de actuar en el amor y constituye el reconocimiento de que somos una construcción de tantas otra gente que pasan por nuestra vida. Nos hacen mucho más fuertes, singularmente cuando interaccionan de forma positiva con nosotros;

Caridad: La realización de acciones solidarias y humanitarias por parte de personas, compañías e instituciones fué primordial para contribuir a familias necesitadas perjudicadas por la pandemia y es una gran vía para desarrollar la espiritualidad. Pero ten en cuenta que la caridad también está en la indulgencia, el perdón y la bondad.

Todos estos hábitos son herramientas esenciales para introducir y fortalecer la espiritualidad en la vida diaria, convirtiéndola en una fuerza activa. Pero que la celebración central de su presencia sea siempre y en todo momento en el cariño, ese amor que “todas las grandes religiones ven como el supremo principio unificador de la vida”, como dijo una vez Martin Luther King.

Fuente: Aleteia

Pío


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y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
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