Científicamente, Dios no existe

En el debate sobre si Dios existe, tenemos teístas de un lado, ateos del otro y, en el medio, la ciencia. Los ateos afirman que hay pruebas científicas de que Dios no es real. Los teístas, por otro lado, insisten en que la ciencia, de hecho, no ha podido probar que Dios no existe. Sin embargo, según los ateos, esta posición depende de una comprensión errónea de la naturaleza de la ciencia y de cómo opera la ciencia. Por lo tanto, es posible decir que, científicamente, Dios no existe, así como la ciencia descarta la existencia de una miríada de otros presuntos seres.

Lo que la ciencia puede y no puede probar

Para comprender por qué “Dios no existe” es una declaración científica legítima, es importante entender qué significa la declaración en el contexto de la ciencia. Cuando los científicos dicen “Dios no existe”, quieren decir algo similar a cuando dicen “el éter no existe”, “los poderes psíquicos no existen” o “la vida en la luna no existe”.

Todas estas declaraciones son abreviaturas de una explicación más elaborada y técnica, que es que esta supuesta entidad (o Dios) no tiene lugar en ninguna ecuación científica, no juega ningún papel en ninguna explicación científica, no puede usarse para predecir ningún evento, no describe cualquier cosa o fuerza que aún se haya detectado, y no hay modelos del universo en los que su presencia sea requerida, productiva o útil.

Lo que debería ser más obvio acerca de la declaración técnicamente más precisa es que no es absoluta. No niega para siempre la posible existencia de la entidad o fuerza en cuestión; en cambio, es una declaración provisional que niega la existencia de cualquier relevancia o realidad para la entidad o fuerza basada en lo que corrientemente saber. Los teístas religiosos pueden apresurarse a aprovechar esto e insistir en que demuestra que la ciencia no puede “probar” que Dios no existen, pero eso requiere un estándar demasiado estricto de lo que significa “probar” algo científicamente.

Prueba Científica Contra Dios

En “Dios: La hipótesis fallida: cómo la ciencia muestra que Dios no existe”, Victor J. Stenger ofrece este argumento científico contra la existencia de Dios:

  1. Formular la hipótesis de un Dios que juega un papel importante en el universo.
  2. Suponga que Dios tiene atributos específicos que deberían proporcionar evidencia objetiva de su existencia.
  3. Busque tal evidencia con una mente abierta.
  4. Si se encuentra tal evidencia, concluya que Dios puede existir.
  5. Si no se encuentra tal evidencia objetiva, concluya más allá de una duda razonable que no existe un Dios con estas propiedades.

Así es básicamente como la ciencia refutaría la existencia de cualquier supuesta entidad. Si Dios existió, debería haber evidencia concreta de Su existencia, no fe, sino evidencia tangible, medible y consistente que se pueda predecir y probar usando el método científico. Si fallamos en encontrar esa evidencia, entonces Dios no puede existir como se define.

Certeza y duda en la ciencia

Por supuesto, nada en la ciencia está probado o refutado más allá de la sombra de cualquier posible duda. En la ciencia, todo es provisional. Ser provisional no es una debilidad o una señal de que una conclusión es débil. Ser provisional es una táctica inteligente y pragmática porque nunca podemos estar seguros de lo que nos encontraremos cuando doblemos la siguiente esquina. Esta falta de certeza absoluta es una ventana a través de la cual muchos teístas religiosos intentan deslizar a su dios, pero ese no es un movimiento válido.

En teoría, es posible que algún día nos encontremos con nueva información que nos lleve a explorar más a fondo la hipótesis de Dios. Si se encontrara la evidencia descrita en el argumento anterior, por ejemplo, eso justificaría una creencia racional en la existencia del tipo de dios que se está considerando. Sin embargo, no probaría la existencia de tal dios más allá de toda duda, porque la creencia todavía tendría que ser provisional.

También puede ser posible que lo mismo pueda ser cierto de un número infinito de otros seres hipotéticos y fuerzas sobrenaturales. Zeus u Odin, cristiano o hindú: cada posibilidad de un Dios o dioses está abierta a exploración.

¿Qué significa “existir”?

Finalmente, para que una proposición como “Dios existe” tenga significado para la ciencia, necesitamos definir qué significa “existencia” en este caso. Cuando se trata de Dios o de una serie de dioses, su existencia depende de la evidencia de que han tenido o continúan teniendo un impacto en el universo. Para probar el impacto en el universo, debe haber eventos medibles y comprobables que podrían explicarse mejor o solo por lo que sea que este “Dios” es la hipótesis. Los creyentes deben ser capaces de presentar un modelo del universo en el que algún dios sea “necesario, productivo o útil”.

Este obviamente no es el caso. Muchos creyentes se esfuerzan por encontrar la manera de introducir a su dios en las explicaciones científicas, pero ninguno lo ha logrado. Ningún creyente ha sido capaz de demostrar, o incluso sugerir fuertemente, que hay eventos en el universo que requieren un ser sobrenatural para explicar.

En cambio, estos intentos constantemente fallidos terminan reforzando la impresión de que no hay un “allí” allí, nada que los “dioses” puedan hacer, ningún papel que desempeñar y ninguna razón para pensar en ellos dos veces.

Hasta ahora, todos los que han intentado demostrar científicamente que Dios existe han fracasado. Si bien es técnicamente cierto que esto no significa que nadie nunca voluntad tener éxito, también es cierto que en todas las demás situaciones en las que tales fracasos son tan consistentes, no reconocemos razones racionales o incluso serias para molestarnos en creer.