Cardenal Sarah: Los revolucionarios de género quieren destruir
El cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Especialidad de los Sacramentos, ha advertido que los nuevos revolucionarios de la ideología de género desean eliminar la familia cristiana pues representa “todo lo que detestan”.
De esta manera lo indicó el originario de Guinea (África) en la Misa que encabezó el domingo (13), con motivo del 700° aniversario de las diócesis francesas de Lucon y Maillezais, según Famille Chrétienne.
“El día de hoy mucho más que nunca los ideólogos de la revolución quieren aniquilar el sitio natural de la entrega, la generosidad jubilosa y el cariño. ¡Deseo hablar de la familia! La ideología de género, el desprecio por la fecundidad y la lealtad son las diversas consignas de esta revolución. Las familias se han convertido en los nuevos vandeanos a exterminar”..
El Cardenal lamentó que actualmente “Planificar metódicamente su desaparición, como sucedió en La Vendée. Estos revolucionarios están preocupados por la generosidad de las familias varias. Se burlan de las familias cristianas pues representan todo cuanto detestan”.
La Vendée es una región francesa donde los partidarios de la Revolución de 1789 asesinaron a más de 100.000 católicos que se negaron a sumarse a ellos y fueron asesinados de manera particularmente despiadado entre 1793 y 1794.
El asesinato en masa contra los católicos, que tenían un ejército dedicado al Corazón de Jesús, se conoce como “La guerra de Vandee”.
El cardenal denunció que los revolucionarios de la ideología de género “Están preparados para lanzar nuevas colonizaciones infernales en África para presionar a las familias y también imponer la esterilización, el aborto y la anticoncepción. ¡África, como La Vendée, resistirá!”.
“¡Las familias cristianas en todas partes han de ser las puntas de lanza gozosas de una revuelta contra esta novedosa dictadura del egoísmo! ¡En este momento es en el corazón de cada familia, de cada católico, de cada hombre de buena voluntad, donde surge una Vendée interior!”.
El funcionario del Vaticano mencionó que “el alma de los mártires” de La Vendée “nos envuelve en este sitio. que nos dicen? ¿Qué nos emiten? Primero, valor”.
“¡Ya es hora, estimados hermanos y hermanas, de ir contra el ateísmo práctico que sofoca nuestra vida! Oremos por las familias, pongamos a Dios primero. ¡Una familia que reza es una familia que vive! Un católico que no ora, que no sabe ofrecer un lugar a Dios en el silencio y la adoración, acaba muriendo”.
El cardenal Sarah resaltó que “Los mártires vandeanos nos enseñan el sentido de la generosidad y la distribución gratuita de sí mismos. Solo el cariño desprendido, el don desinteresado de la vida, puede vencer el odio contra Dios y contra los hombres, que es el origen de toda revolución. Los vandeanos nos enseñaron a soportar todas y cada una estas revoluciones”.
“Nos demostraron que frente a la colonización infernal, como sucedió en los campos de exterminio nazis, en frente de los gulags comunistas, como frente a la barbarie islamista, solo hay una contestación: el don de uno mismo, de toda vida. ¡Solo el amor vence contra los poderes de la desaparición!”
El cardenal africano instó a no dejar “Que desaparezca de nosotros el don generoso y gratuito. Como los mártires de La Vendée, observemos la fuente de su don en el corazón de Jesús”.
“¡Oremos para que surja en la Iglesia y en el planeta una Vendée interior grande y jubilosa!”Él concluyó.
El genocidio contra los católicos de La Vendée:
El genocidio perpetrado por los partidarios de la Revolución Francesa que arrasó la región católica de La Vendée provocó más de 100.000 fallecidos entre 1793 y 1794.
Los revolucionarios no soportaban que la región católica no quisiera someterse a sus ideas y no quisiera sumarse a las guerras que iniciaron contra Inglaterra, España, Holanda y también Italia; y que, además, había ordenado un muy buen ejército que se encontraba consagrado al Corazón de Jesús, en el que los soldados avanzaban rezando el rosario.
La crueldad de los revolucionarios incluyó el ahogamiento masivo de mujeres, el homicidio de niños en hornos de pan, el intoxicación del agua de pueblos enteros; entre otros muchos horrores sufridos por los católicos representando a la revolución.
Los revolucionarios aun empleaban los cadáveres de los muertos para conseguir grasa y piel, que se curtían en la ciudad de Meudon.
Entre las distintas atrocidades sufridas por los católicos está el aniquilamiento de un pueblo entero tras el envenenamiento de sus aguas, algo que han hecho en otros muchos lugares. Los revolucionarios reunieron a todos los sobrevivientes en una iglesia, golpearon con bayoneta a unas 600 personas y poco después destrozaron el templo.
Los escombros del lugar solo se retiraron en 1863, cuando se enterraron los cadáveres.
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