Cardenal Sarah: “Creo que estamos en un punto de inflexión en la historia de la Iglesia”


El nuevo libro de Robert Cardinal Sarah El día ya está pasado: en conversación con Nicolás Diat ahora está disponible en inglés de Ignatius Press y el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos fue entrevistado recientemente por Edward Pentin de Registro Católico Nacional acerca del libro. Aquí hay algunos breves extractos de esa entrevista.

Sobre el propósito y alcance del libro: “No desarrollo tesis personales ni investigación académica. Este libro es el grito de mi corazón como sacerdote y pastor”.

Sobre la crisis de fe: “La decadencia de la fe en la Presencia Real de Jesús Eucaristía está en el centro de la crisis actual de la Iglesia y de su decadencia, especialmente en Occidente. Los obispos, sacerdotes y fieles laicos somos todos responsables de la crisis de fe, de la crisis de la Iglesia, de la crisis sacerdotal y de la descristianización de Occidente. … La profunda crisis que vive la Iglesia en el mundo y especialmente en Occidente es fruto del olvido de Dios. Si nuestra primera preocupación no es Dios, entonces todo lo demás se derrumba. En la raíz de todas las crisis, antropológicas, políticas, sociales, culturales, geopolíticas, está el olvido del primado de Dios”.

Sobre el sacerdocio y la laicidad: “El olvido de Dios encuentra su primera y más grave manifestación en el modo de vida secularizado de los sacerdotes. Son los primeros en tener que llevar la Buena Noticia. Si sus vidas personales no reflejan esto, entonces el ateísmo práctico se extenderá por toda la Iglesia y la sociedad”.

Sobre la auténtica libertad y civilización: “Convencimos a nuestros contemporáneos de que para ser libres no debemos depender de nadie. Este es un error trágico. Los occidentales están convencidos de que recibir es contrario a la dignidad de la persona. Sin embargo, el hombre civilizado es fundamentalmente un heredero; recibe una historia, una religión, una lengua, una cultura, un nombre, una familia”.

Sobre la esperanza: “Nuestro primer motivo de esperanza es, por tanto, Dios mismo. ¡Él nunca nos abandonará! Creemos firmemente en su promesa. Las puertas del infierno no prevalecerán contra la Santa Iglesia Católica. Ella será siempre el Arca de Salvación. Siempre habrá suficiente luz para quien busca la verdad con un corazón puro”.

Sobre la naturaleza inmutable de la verdad y la enseñanza de la Iglesia: “Estamos ante una verdadera cacofonía de obispos y sacerdotes. Todo el mundo quiere imponer su opinión personal como una verdad. Pero sólo hay una verdad: Cristo y su enseñanza. ¿Cómo podría cambiar la doctrina de la Iglesia? El Evangelio no cambia. Sigue siendo el mismo. Nuestra unidad no puede construirse en torno a opiniones de moda”.

Sobre la hermenéutica de la continuidad “Debemos aferrarnos a lo que Benedicto XVI llamó la hermenéutica de la continuidad. La unidad de la fe implica la unidad del magisterio en el espacio y el tiempo. Cuando se nos da una nueva enseñanza, siempre debe interpretarse en coherencia con la enseñanza anterior”.

Sobre liturgia y sacralidad: “Si el altar ya no es el umbral sagrado más allá del cual reside Dios, ¿cómo encontraríamos la alegría de acercarnos a él? Un mundo que ignora lo sagrado es un mundo uniforme, plano y triste. Saqueando nuestra liturgia hemos desencantado el mundo y reducido las almas a una tristeza sorda”.

Sobre los errores modernos respecto a la liturgia: “La mentalidad técnica contemporánea quisiera reducir la liturgia a una obra eficaz de pedagogía. Para ello, buscamos que las ceremonias sean agradables, atractivas y amigables. Pero la liturgia no tiene valor pedagógico sino en la medida en que está enteramente ordenada a la glorificación de Dios y al culto divino ya la santificación de los hombres. … Nada profano tiene su lugar en las acciones litúrgicas. Sería un grave error creer que los elementos mundanos y espectaculares fomentarían la participación de los fieles. Estos elementos sólo pueden promover la participación humana y no la participación en la acción religiosa y salvífica de Cristo”.

Sobre la liturgia tradicional y los jóvenes: “Cuando la forma extraordinaria se celebra en el espíritu del Concilio Vaticano II, revela toda su fecundidad: ¿Cómo podemos sorprendernos de que una liturgia que ha llevado a tantos santos siga sonriendo a las almas jóvenes sedientas? ¿por Dios?”

Sobre la ideología de género: “La ideología de género es una negativa luciférica a recibir una naturaleza sexual de Dios. Occidente se niega a recibir; sólo acepta lo que construye por sí mismo. El transhumanismo es el último avatar de este movimiento. Incluso la naturaleza humana, por ser un don de Dios, se vuelve insoportable para el hombre occidental”.

Sobre el próximo Sínodo Panamazónico: “He oído que algunas personas querían hacer de este sínodo un laboratorio para la Iglesia universal, que otros decían que, después de este sínodo, nada sería igual que antes. Si eso es cierto, este enfoque es deshonesto y engañoso. Este sínodo tiene un objetivo específico y local: la evangelización de la Amazonía. … Estoy conmocionado e indignado de que la angustia espiritual de los pobres en la Amazonía esté siendo utilizada como pretexto para apoyar proyectos que son propios del cristianismo burgués y mundano”.

Sobre el poder de la oración: “Un hombre de rodillas es más poderoso que el mundo. Es un baluarte inexpugnable contra el ateísmo y la locura de los hombres. Un hombre de rodillas hace temblar el orgullo de Satanás. Todos ustedes que, a los ojos de los hombres, están sin poder ni influencia, pero que saben permanecer de rodillas ante Dios, no teman a los que quieren intimidarlos”.

Lee toda la entrevista.

Y si no lo ha leído, vea también el discurso del cardenal Sarah del 25 de mayo de 2019 en París, que toca muchos de los temas que se encuentran en El día no está muy pasado.