Camp: el “amargo convertido en

Bauru (SP) – Para reforzar el carisma franciscano en los anfitriones de la próxima Misión de la Juventud Franciscana en Agudos y Bauru (SP), que tendrá rincón en el mes de enero de 2018, este pasado fin de semana (06-08) se realizó el primer Campamento de la Juventud Franciscana. El sitio escogido fue una finca en Bauru, que acogió a los 40 jóvenes que afirmaron “sí” a la iniciativa. Además de ellos, los responsables de las parroquias franciscanas de ambas ciudades colaboraron en la preparación y realización del encuentro, que fue promovido por el Servicio de Animación Vocacional. Para mayor deleite, en la organización y dirección de las frases también estuvieron presentes sor Isabel Simeoni, de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de Ingolstadt, y las novicias Joselma y Dani, de las Hermanas Franciscanas de la Tercera Orden Seráfica.

El tema abordado en las reflexiones, y que también inspiró las ocupaciones durante el campamento, fue tomado del Testamento de San Francisco de Agarráis, en el momento en que narrando su experiencia de encuentro con el leproso, exclamó que “la amargura se convirtió en dulzura”. El cambio de perspectiva del beato inspiró a los campistas a ver ciertos valores desde el punto de vista de la fe, superando obstáculos, encontrándose con uno mismo, con la misericordia de Dios y con el resto. Sin embargo, mucho más datos sobre lo que se experimentó en este campamento prosiguen siendo un misterio para la experiencia de hallarse con el Constructor.

El SAV – Servicio de Animación Vocacional agradece el apoyo de las parroquias implicadas, de los jóvenes participantes y de los líderes que organizaron el acercamiento. Ahora, algunos compartidos por jóvenes en las redes sociales, en tanto que la escritura revela lo mucho más íntimo de quien, con valentía, transmite las palabras sobre lo que desea expresar.

“Gracias por este increíble fin de semana. Cambió mi visión de la vida. Estas actividades (que para mí fueron mucho más educativas) me cambiaron mucho y modificaron bastante mi forma de meditar. Puedo decir que mi físico está acabado (y las ocupaciones también me hicieron darme cuenta de que cuando andas muy cansado, que sientes que no puedes mucho más, Dios está de tu lado tomándote la mano y luego puedes hacerlo. Eso es lo que me pasó en una de las ocupaciones), pero lo espiritual es maravilloso, se renueva. Siento que he renacido y deseo ser una mejor persona a partir de ahora y lo que pueda cambiar para mejor lo intentaré, estoy muy feliz. Gracias de corazon”.

“Al comienzo, mi mayor temor era que mis emociones se sacudieran un poco. Y cuando me hicieron ver que tenía que procurar participar, no tenía ni la más mínima idea de que este fin de semana me haría madurar tanto. No sabía que volvería con la fe tan renovada. Y aparte de tener en este momento una familia de sangre, asimismo estoy teniendo la oportunidad de tener una familia espiritual. No tenía iniciativa de cuánto necesitaba estar en este campamento este fin de semana y en este momento verdaderamente sé qué fantástico es Dios y qué preciso es su tiempo. Y hoy solo rezo para que muchas otras personas logren tener esta experiencia inolvidable” (Ana Carolina Leme).

“Hoy amanecí aplastado, aún agotado, con las marcas de los bocados por todo el cuerpo, pero con el corazón lleno de alegría tras un maravilloso fin de semana. Todos allí pudieron comunicar mi testimonio. Más enormes que las marcas que traigo físicamente son las que traigo en mi corazón. Estoy enormemente agradecida con todos y cada uno de los que se dedicaron con amor a llevar a cabo realidad el campamento. Por todas las correrías que hicieron y todo. Nombrar nombres sería injusto para mí por el hecho de que podría olvidarme de alguien y todos saben lo importante que fue su parte de contribución. A los mentores de esta iniciativa, Frays Diego y Gabriel y Sor Isabel, mi eterno agradecimiento por la convidación a ser guardián y por todo lo vivido con mis hijos del corazón. Esa experiencia fue, sin duda, un parteaguas en mi vida y cuánto logró el Señor en mí asimismo. Como dije ayer, no viví con ellos la parte física de las pruebas, pero sí viví intensamente toda la espiritualidad. Gratitud a todos. ¡Dios bendiga a cada uno!” (Jaqueline Cardoso).

“Voy a dejar que ciertos jóvenes hablen por mí… ‘Buenas noches, Fernando, gracias por todo cuanto hiciste por nosotros en este campamento, y lo que haces por el grupo de jóvenes, todo fue fantástico, se va alguien más, con una exclusiva visión para mi vida y con el espíritu mucho más franciscano! Gracias desde el fondo de mi corazón’” (Fernando Ferreira).