No temas nada, pues yo estoy contigo, no mires desesperado, por el hecho de que yo soy tu Dios; Te fortalezco y vengo en tu salve, te sostengo con mi diestra victoriosa. (Is 41, 10)
La mano del Señor está manteniendo tu vida en este momento, Él te mantiene y te levanta en la mitad de tus caídas.
Dios escucha tu ayuda y sabe todo lo que ha afligido tu corazón.
Nada es mucho más grande que el poder de Dios, Él puede convertirlo todo.
Al sonido de su voz, acalla y calma las tormentas de tu vida.
No sufras con anticipación, no dejes que el miedo y la desesperación sofoquen tu fe.
Confía en el Señor y vas a ser testigo de su fidelidad que se extiende de generación en generación.
Todo lo puedo en Cristo que me hace más fuerte!
Ponte en oración, déjate amar por Dios que en ese momento te quita el peso de los hombros y te aligera el corazón.
Ten por seguramente todo va a pasar y la misericordia del Señor te sostendrá día y noche.
¡¡¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!!!
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