Cada uno de nosotros es responsable de la paz, dice el Papa

Cada uno de nosotros es responsable de la paz, dice el Papa

“Ante el Príncipe de la Paz que viene al mundo, depongamos todas las armas de todo género”, exhortó Francisco en su alegato de Navidad a sus ayudantes mucho más cercanos Gratitud, conversión y paz: estos fueron los temas del alegato del Papa Francisco a sus colaboradores en la Curia Romana, recibidos en audiencia para desearles una Feliz Navidad.…

“Frente al Príncipe de la Paz que viene al mundo, depongamos todas y cada una de las armas de todo género”, instó Francisco en su discurso de Navidad a sus ayudantes mucho más próximos

Gratitud, conversión y paz: estos fueron los temas del discurso del Papa Francisco a sus ayudantes en la Curia romana, recibidos en audiencia para desearles una Feliz Navidad.

Al comienzo, el Pontífice recordó que el nacimiento de Jesús es una invitación a regresar a lo fundamental de la vida: “La humildad del hijo de Dios que viene en nuestra condición humana es, para nosotros, una escuela de adhesión a la realidad”.

“Así como elige la pobreza, que no es simplemente sepa de recursos, sino esencialidad, de este modo cada uno de nosotros está llamado a volver a lo esencial de la propia vida, a dejar lo superfluo y que puede convertirse en un obstáculo en nuestra propia vida sendero de santidad”, exhortó.

Conversión

El Papa agradeció a Dios por todos las ventajas que le ha concedido este año, pero entre ellos espera que se incluya la conversión. “Este jamás es un alegato terminado. Lo peor que nos puede pasar es pensar que ya no requerimos conversión, ya sea a nivel personal o comunitario”.

Transformarse es estudiar cada vez más a tomar seriamente el mensaje evangélico y intentar ponerlo en práctica, señaló el Santurrón Padre. Según él, de los acontecimientos eclesiales que marcaron el 2022, la celebración del 60 aniversario del comienzo del Concilio Vaticano II es un jalón. “Enorme ocasión de conversión para toda la Iglesia”, en un intento de entender mejor el Evangelio, de hacerlo actual, vivo y activo en este momento histórico.

Y en esta visión, afirmó el Pontífice, se introduce la reflexión de hoy sobre la sinodalidad de la Iglesia. Sin conversión, ha dicho, se puede caer en la soberbia espiritual, en la inmovilidad, en el fallo de estimar cristalizar el mensaje de Jesús en una sola forma válida para todos y cada uno de los tiempos.

La auténtica herejía, observó Francisco, no radica solo en predicar otro Evangelio, sino más bien en no traducirlo a los idiomas y formas recientes. Conservar significa mantener vivo y no aprisionar el mensaje de Cristo.

Supervisión

La conversión, dijo asimismo el Santurrón Padre, transporta a una actitud de vigilancia en oposición al mal, que se convierte siempre y en todo momento en algo mucho más insidioso. “Es una verdadera lucha”, reconoció el Papa. Y no basta la simple denuncia, con la ilusión de haber solucionado el inconveniente, sino es requisito promover cambios para no quedar presos en la lógica del mal. Son los “diablos educados”, que se enfrentan con la práctica diaria del examen de conciencia.

“Estimados hermanos y hermanas, a todos nos ha pasado que nos hemos perdido como esa oveja o que nos hemos distanciado de Dios como el hijo menor”, ​​dijo el Pontífice. Lo esencial es no “bajar la guarda” y caer en la tentación de sentirse seguros con solo trabajar en los muros de la institución, al servicio de la Santa Sede, en el seno del cuerpo eclesial. “Corremos más riesgo que los demás, porque nos encontramos siendo acosados ​​por el ‘diablo cortés’, que no hace estruendos, sino que trae flores”, advirtió Francisco.

Paz

Por último, el Papa resaltó en su alegato el tema de la paz. “Jamás como en este momento sentimos un gran deseo de paz. Pienso en la Ucrania torturada, pero asimismo en los muchos conflictos en curso en múltiples unas partes del planeta. La guerra y la crueldad son siempre un fracaso. La religión no debe prestarse a alimentar conflictos. El Evangelio es siempre y en todo momento el Evangelio de la paz, y representando a ningún Dios se puede declarar ‘santa’ una guerra”.

Dirigiendo su pensamiento a los que sufren, el Beato Padre recordó que la cultura de la paz no se crea sólo entre los pueblos y naciones, sino que comienza en el corazón de cada uno de ellos. Por consiguiente, todos pueden contribuir intentando de eliminar desde dentro toda raíz de odio y resentimiento hacia las personas.

“Si es cierto que deseamos que se detenga el lamento de la guerra y se dé paso a la paz, entonces cada uno parte de sí”, solicitó. Para el Pontífice no sólo existe la violencia de las armas, sino también la violencia verbal, sicológica, el abuso de poder y las habladurías.

“Ante el Príncipe de la Paz que viene al mundo, depongamos todas las armas de todo género”. Clemencia, dijo, es admitir que el otro asimismo tiene sus límites. Si Dios siempre y en todo momento nos disculpa, asimismo debemos accionar de este modo con los demás.

“Dios se hizo niño y este niño, una vez adulto, se dejó clavar en la cruz. No hay nada más débil que un hombre crucificado, pero es en esa debilidad que actúa la omnipotencia de Dios”, concluyó Francisco, dejando sus deseos de gratitud, conversión y paz en esta Navidad.

Fuente: Canção Nova

Pío


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Cosas interesantes de saber el significado : Biblia