El Señor eligió tu corazón a fin de que sea un pedazo de cielo y cobije el cariño, el perdón, la clemencia y la paz.
¿Por qué entonces te empeñaste en eliminar sentimientos que solo te hacían padecer a ti y asimismo a los que están junto a ti?
Eres un maravilloso canal de salvación para tu familia.
Vence con la fuerza de Dios todos los males interiores, haz el bien, practica el cariño y tendrás paz.
Quiere al prójimo, desborda amor, abraza a los que Dios te dio como don y misión.
El amor es fuente de sanidad y Dios está ahí, deja que Dios realice una obra de restauración en tu vida y también en tu hogar.
Da la bienvenida a tu prójimo, adiestra tus oídos para percibir mucho más que hablar.
Qué bueno es tener a alguien que, además de acoger nuestras lágrimas, asimismo preste sus oídos para calmar nuestra alma.
Sé de esta manera, permítete estudiar en el arte de oír, oír sin pegar, acoger sin evaluar.
Que el Señor les conceda toda sabiduría y paz.
Nada es imposible para el Señor, Él te llama y te capacitará para ganar todas y cada una de las peleas.
¡¡¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!!!
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