Recibe el más destacable abrazo que estabas esperando, es el abrazo de tu amado, Jesús, el que tiene el poder de sanar tu corazón y que destierra toda tristeza y rencor, todo mal y angustia de tu vida.
No andas solo, tu vida es una bendición, nada es realmente difícil para Dios, Jesús te quiere.
Nada se pierde por el hecho de que Él está contigo. Deja que Jesús te acompañe a la raíz de todo el mal en tu vida, donde se produjo tu mal y padecimiento.
Jesús es el médico de los médicos, el que te va a sanar, solo tienes que creer y ofrecerle libre ingreso a tu vida.
No te entregues a la muerte en cuerpo y alma, busca asistencia técnica, de tus familiares y amigos, pero por favor, no te quedes callado ante el mal.
Dios todos los días te muestra medios y personas para sacarte del fondo.
Eres templo del Espíritu Santurrón, reflejo del amor de Dios, y el Señor no se fatiga de decir a tu corazón: ¡Llegó el día de tu salvación, de la curación de tu corazón!
¡Dios te quiere!
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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