Jesús les exhibe el día de hoy el camino de la auténtica felicidad y de la salvación: Aprender y ser como niños.
Hoy, ya adulto con tantas vivencias vividas, entendimientos adquiridos y tantas cosas que conquistaste, te estarás preguntando por qué no puedes ser feliz.
Reflexionando sobre lo que enseñó Jesús y recordando tu temporada de niño, posiblemente ya hayas planeado o dicho: Yo era feliz y no lo sabía.
Contemplen la belleza de los niños y vean cuánto tienen que aprender y querer en su corazón: pureza, sinceridad sin malicia, alegría y perdón.
Nada está perdido para Dios, agradece la posibilidad que el día de hoy te da y vuelve a ser feliz.
Jesús tiene y quiere daros un corazón nuevo.
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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