Entre las mayores pérdidas e injusticias cometidas por Iglesia en la época de la inquisición, fue el homicidio del Beato Juana de Arco. En una temporada en la que varios obispos se subordinaban de forma fácil, esta joven guerrera encontró su fin en las llamas de la hoguera.
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 La narración de Juana de Arco
Cuando Joan nació en 1412 entre campesinos franceses, Francia todavía se encontraba en guerra con Inglaterra. Desde muy joven asistió a la Iglesia Cristiana, donde en medio de predicación aceptó con gran fe las expresiones del Sagrada Biblia, haciéndose conocida entre todos y cada uno de los pequeños por su bondad.
La voz de San Miguel Arcángel
A la edad de 13 años, Joana escuchó en su oído derecho la voz de un ángel -que luego descubrió que era el Arcángel Miguel- quien la guió por los caminos de Dios, y le enseñó a vivir en paz y a predicar con sabiduría. siendo tan joven Esa voz le charló a la pequeña múltiples ocasiones y, en una de ellas, el Arcángel le solicitó a Juana que fuera en asistencia del Rey de Francia. Entonces, a los 17 años, decidió irse y sumarse al ejército.
La pequeña lidera un ejército, expulsa a los ingleses y corona a Carlos VII
Aun siendo iletrada, Juana llega a Carlos VII, que había perdido el puesto que le correspondía como rey de Francia, y le asegura que por la fe y Dios conduciría al ejército a la victoria. Conmovido por las expresiones de la chavala y asfixiado por la invasión de los ingleses que lo presionaban cada vez más, aceptó su propuesta y la puso como líder de todo el ejército.
Las victorias han comenzado a sucederse una tras otra, Francia volvió a tener dominio sobre su territorio y Carlos VII fue coronado Rey. Lo más asombroso fue dado que una muchacha sin entendimientos de guerra fuera la primordial responsable de esta hazaña, ya que todas las tácticas fueron trazadas por ella.
Tras la coronación, los franceses encontraron de nuevo la esperanza de recobrar su territorio, pero el corazón del Rey había cambiado, la lujuria y el poder se apoderaron de sus pensamientos y se olvidó de la chica responsable de toda aquella conquista. Entonces, en una batalla en 1430, Juana fue capturada por las tropas inglesas y llevada a juicio (que fue hecha por nuestra Iglesia, en tanto que fue condenada como hereje). Condenada por el cruel obispo Pierre Cauchon como hechicera, el 30 de mayo de 1431, a la edad de 19 años, Juana fue quemada viva en la hoguera. Nadie trató de rescatarla, nadie cuidó a la pequeña, no hubo protectores, no hubo reconocimiento, mientras las llamas la consumían, ella reafirmó su fe en los pasos que prosiguió allí: “las voces no engañan, las voces no mentir”.
Por este motivo, el 30 de mayo se festeja el día de Santa Juana de Arco, canonizada por el Papa Benedicto XV en 1920, tras un minucioso examen de su inocencia, sus proyectos y milagros completados.
Oración de Juana de Arco
“Oh Santa Juana de Arco, tú que, cumpliendo la intención de Dios, espada en mano, se publicaron a la lucha, por Dios y por la Patria, ayúdenme a comprender, en mi corazón, las inspiraciones de Dios. Con el apoyo de tu espada, recula mis enemigos que atentan contra mi fe y contra las personas mucho más pobres y desvalidas que habitan nuestra patria.
Papa Noel joana d’Arc, ayúdame a sobrepasar las adversidades en el hogar, en el trabajo, en el estudio y en la vida diaria. Oh Santa Juana de Arco, responde a mi petición (haz la petición). Y que nada me obligue a retroceder, cuando estoy con la razón y la realidad, ni la opresión, ni las amenazas, ni los litigios, no la hoguera.
Santa Juana de Arco, ilumíname, guíame, fortaléceme, defiéndeme. ¡Amén!”
Novena a Juana de Arco
Durante nueve días, reza con todo tu corazón las siguientes Frases a San Juan:
Primera oración:
“A Santa Juana de Arco, tú que cumpliendo la intención de Dios, espada en mano, te lanzaste a la pelea, por Dios y por la Patria, ayúdame a comprender, en mi corazón, las inspiraciones de Dios. Con el apoyo de tu espada, haz retroceder a mis contrincantes que atentan contra mi fe y contra el pueblo más pobre y desvalido que habita nuestra patria. Santa Juana de Arco, ayúdame a superar las dificultades en la vivienda, en el trabajo, en el estudio y en la vida diaria. Oh Santa Juana de Arco, responde a mi petición (petición). Y que nada me obligue a retroceder, cuando estoy con la razón y la realidad, ni la opresión, ni las amenazas, ni los litigios, ni siquiera la hoguera. ¡Amén!”
(Rezar 1 Padre Nuestro, 1 Ave María y 1 Gloria)
Segunda Oración:
“A la Muy pura Virgen y Gloriosa Mártir, Santa Juana, a quien Dios y Su Eterno Poder revelaron al planeta para reavivar la fe, la promesa y la caridad de las almas cristianas. Me postro a tus pies mi querida santa, digna, virgen, llena de gracia y de amabilidad y te pido que recibas las oraciones de esta humilde sierva tuya y me obtengas la pureza de tu horrible sacrificio y la fortaleza de tu alma y hazme soportar los mucho más horribles asaltos y que llegue a sentir este ardiente amor tuyo por Nuestro Señor Jesucristoamor que los mucho más terribles tormentos no apagaron en ti .
Conque espero que siguiendo este beato ejemplo y también imitando tu vida, pueda algún día estar contigo en el paraíso. En la hora de mi agonía final, ven a mi rescate, quédate a mi lado y llévame a la existencia de Jesús. Amén.”
(Rezar 1 Padre Nuestro, 1 Ave María y 1 Gloria)
Tercera Oración:
“Señor, te suplicamos el perdón de nuestros errores por intercesión de santa Juana, virgen y mártir, por su castidad de vida y todas las virtudes que la hicieron agradable a tus ojos. Amén. Santa Juana, aquí estoy, postrado ante el trono en el que la Santísima Trinidad se agrada en ubicarte.
Lleno de seguridad en tu protección, te suplico que intercedas por mí frente Dios, dignándote de echar una mirada sobre esta humilde devota tuya.
Como a entre las esposas elegidas de Cristo, dirijo con seguridad mi pedido para que me mantenga en el padecimiento, me refuerce en las tentaciones, me proteja de los peligros que me cubren, consiguiendo para mí las gracias que tanto necesito, en particular (afirme su petición)…Más que nada, espero contar con vuestra santa asistencia en la hora de mi muerte.
Sá.Santa Joana, por tu poderosa intercesión ante Dios, ¡ruega por nosotros!
Muy santa Trinidad, nunca dejaremos de darte las gracias las gracias concedidas a la Santísima Virgen María ahora tu sierva santa Juana, y por la intercesión de ambas te suplicamos, una vez más, que tengas misericordia de nosotros. Amén.”
Oración Cuarta / Final:
“Concédeme, oh Padre, la valentía y el espíritu de sacrificio de tu sierva Juana de Arco, a fin de que, con su ejemplo y lealtad, yo también sea un soldado de la Causa del Evangelio.
Por Jesucristo Nuestro Señor. ¡Amén! Santa Juana de Arco, ruega por nosotros”.
Juana de Arco es una de las santos de la Iglesia Católica que sufrió la injusticia en el tiempo de la inquisición, pero su fe en Biblia y en la palabra de Dios mandada por medio del Arcángel Miguel, liberó su alma por amor y promesa divina.
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