Ángelus: colabora con Dios que reconoce el bien que
“El mal, como es natural, ha de ser rechazado, pero los malvados son personas con las que se debe tener paciencia. No es esa tolerancia hipócrita que esconde la ambigüedad, sino la justicia mitigada por la misericordia. Si Jesús vino a buscar a los pecadores mucho más que a los justos, a sanar a los enfermos más que a los sanos, entonces la acción de nosotros, sus discípulos, asimismo debe estar encaminada no a remover a los malvados, sino a salvarlos”.
Novedades del Vaticano
La paciencia de Dios, representada por el dueño del campo que tiene la mirada fija en el buen trigo, nos fue propuesta por el Papa como un ejemplo de acción cristiana y abre nuestro corazón a la promesa. “Padecer la persecución y la hostilidad es una parte de la vocación cristiana” – dijo Francisco – y quien es con la capacidad de reconocer el bien que crece silenciosamente en el campo de la Iglesia y de la historia, cultivándolo hasta su madurez, colabora bien con Dios. Y entonces será Dios, y solo Dios, quien recompensará a los buenos y castigará a los malos.
La parábola de la cizaña, descrita en el Evangelio de Mateo, inspiró el discurso del Beato Padre en este XVI Domingo del Tiempo Ordinario, antes de rezar el Ángelus con los leales reunidos en la plaza de San Pedro, en mayor número que todos los domingos anteriores, dado el aumento incesante de turistas y peregrinos en Roma tras la apertura de fronteras entre los países de la Unión Europea el pasado 1 de julio.
En la parábola, Jesús dice que en el campo donde se sembró buen trigo, aparece la cizaña. “Entre nosotros –ha dicho el Papa al dejar el texto escrito– tenemos la posibilidad de decir que aún hoy el suelo está devastado por tantos herbicidas y pesticidas, que no solo dañan las hierbas, sino asimismo la tierra y la salud. Pero eso, entre paréntesis”.
Los sirvientes entonces -prosiguió Francisco- fueron donde el dueño para preguntarle de dónde venía la yerba: “Fue el enemigo el que logró esto”, respondió. Los sirvientes en el instante desearon limpiar el campo, pero el dueño les advirtió que había riesgo de que el trigo también fuera arrancado junto con la mala yerba. De esta manera, “es necesario aguardar el momento de la siega: solo entonces se separarán y se quemará la cizaña”.
El Papa enseña que esta es “una historia de los pies en el suelo. Se puede leer en esta parábola una visión de la historia. Además de Dios – el dueño del campo – que siempre y sólo siembra buena semilla, hay un contrincante, que esparce la cizaña para impedir que se expanda el trigo”:
El dueño actúa abiertamente, a la luz del sol, y su objetivo es buena cosecha; el otro, el contrincante, sin embargo, explota la oscuridad de la noche y trabaja por envidia, por hostilidad, para arruinarlo todo. El adversario tiene un nombre, el contrincante al que se refiere Jesús tiene un nombre: es el diablo, el adversario por excelencia de Dios. Su intención es perturbar la obra de salvación, lograr que el Reino de Dios se vea obstaculizado por obreros malvados, sembradores de escándalo. De hecho, la buena semilla y la cizaña no representan el bien y el mal en abstracto, no, sino más bien nosotros los seres humanos, que tenemos la posibilidad de proseguir a Dios o al demonio.
Tantas veces, observó el Papa, hemos oído que una familia vivía en paz, entonces comenzaron las guerras, las envidias. Un barrio vivía en paz, luego empezaron las cosas malas:
“Y nos acostumbramos a decir: “Oye, alguien vino allí a sembrar discordia”, o “esta persona de la familia, con el chisme, siembra discordia”. Siempre es sembrar el mal que destruye. Y eso es siempre y en todo momento lo que hace el diablo, o nuestra tentación, cuando caemos en la tentación de chismear para eliminar a el resto”.
La intención de los criados –dice Francisco– es eliminar en el instante el mal, o sea, las personas malas, “pero el dueño es mucho más sabio, ve mucho más allá: tienen que entender aguardar, pues aguantar la persecución y la hostilidad es parte de la vocación cristiana”. :
El mal, como es natural, ha de ser rechazado, pero los desalmados son personas con las que se debe tener paciencia. No es esa tolerancia hipócrita que oculta la ambigüedad, sino más bien la justicia mitigada por la clemencia. Si Jesús vino a buscar a los pecadores más que a los justos, a sanar a los enfermos más que a los sanos, la acción de nosotros, sus discípulos, debe ir asimismo dirigida no a eliminar a los desalmados, sino a salvarlos. Y en eso, paciencia.
“Sufrir la persecución y la hostilidad es parte de la vocación cristiana”
“Los siervos quieren un campo sin malas yerbas, el dueño buen trigo”, mira el Pontífice. De esta forma, el Evangelio del día “muestra 2 modos de actuar y de vivir la historia: por una parte, la mirada del jefe, que ve a lo lejos; por otro, la mirada de los servidores, que ven el inconveniente”:
El Señor nos invita a asumir su mirada, que está fija en el buen trigo, que sabe resguardarlo incluso entre la cizaña. No coopera bien con Dios quien busca los límites y los defectos del resto, sino más bien quien sabe admitir el bien que crece silenciosamente en el campo de la Iglesia y de la historia, cultivándola hasta la madurez. Y entonces será Dios, y solo Dios, quien recompensará a los buenos y castigará a los malos.
“Será Dios, y solo Él, quien recompensará a los buenos y castigará a los malos”.
Que la Virgen María -ha dicho el Santurrón Padre para finalizar- nos asista a entender y también imitar la paciencia de Dios, que no quiere que se pierda ninguno de sus hijos, a los que ama con el amor del Padre.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Ángelus: colabora con Dios que reconoce el bien que
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios