5 razones para rezar la Coronilla de la Divina Misericordia

No te arrepentirás!

1. Jesús nos solicita que le oremos

Jesús se apareció a Santa María Faustina Kowalska, monja polaca (1905-1938) y le pidió que hiciera comprender la clemencia divina a través de tres medios:

– La imagen con la inscripción: “Jesús, en Ti confío”. Dijo: “Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá” (Diario, 48)

– La Fiesta de la Divina Misericordia, el segundo domingo de Pascua. Jesús dijo: “Deseo que la Fiesta de la Clemencia sea cobijo y amparo para todas y cada una de las almas, singularmente para los pecadores. (…). Derramo un mar de gracias sobre las ánimas que se acercan a la fuente de Mi clemencia. El alma que se confiese y comulgue obtendrá el perdón de las faltas y de las penas” (699).

– Una oración que Él dictó, llamada “Coronilla de la Divina Clemencia”.

2. Recibimos gracias extraordinarias

Jesús dijo: “¡Uy! qué enormes gracias concederé a las ánimas que recen esta Coronilla” (848).

“Quien lo recite conseguirá gran misericordia en el instante de su muerte. Los sacerdotes lo aconsejarán a los pecadores como el último salvavidas. Aunque el pecador sea el más embrutecido, si recita esta Coronilla solo una vez, alcanzará la felicidad de Mi infinita misericordia” (687).

Prometió: “Yo defiendo a toda alma que reza este rosario en la hora de la muerte, como si fuera Mi gloria (…) 811).

3. El Papa Francisco lo sugiere

El segundo domingo de Cuaresma, el Papa ordenó repartir a los leales en la Plaza de San Pedro la “Misericordina”, la medicina de la misericordia: una caja con la imagen del Señor de la Divina Misericordia, la explicación de la Coronilla de Misericordia Divina y un rosario para rezarlo.

En su carta apostólica “El Rostro de la Misericordia”, el Papa llama a Santa Faustina “la gran apóstol de la misericordia y solicita su intercesión. En este jubileo de la clemencia, estamos convidados a rezar la Coronilla de la Misericordia todos los días, preferentemente a las 15 horas, que es la hora de la clemencia, en la que Jesús dio su vida por nosotros.

4. Es simple rezar la Coronilla de la Clemencia

Así enseñó Jesús a Santa Faustina: se reza “con un rosario común, de este modo: primero se rezará una vez el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo. Entonces, en las cuentas del Padre Nuestro, afirmarás las próximas expresiones: ‘Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación por nuestros pecados y los de los mundo entero’. En las cuentas del Ave María rezarás las próximas palabras: ‘Por su dolorosa Pasión, ten piedad de nosotros y del mundo entero’. En el final, dirás tres ocasiones estas expresiones: ‘Dios Beato, Dios Fuerte, Dios Inmortal, ten piedad de nosotros y de todo el mundo entero’…” (476).

5. Solo toma 5 minutos

En un retiro con un conjunto de seminaristas, los invité a rezar conmigo la Coronilla de la Clemencia a las 3 de la tarde, y para motivarlos les dije: “Son solo 5 minutos”. Al finalizar, uno de ellos comentó: “Miré el reloj y, ciertamente, ¡rezamos todo en 5 minutos!”.

¡Qué breve tiempo para tan grandes gracias!

Y tú, ¿te perderás esta oportunidad? ¿Que estas aguardando?

Fuente: Aleteia